viernes, 29 de septiembre de 2006

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Super Sizing Me

Todo empezó este findesemana con un viaje relámpago a Maternal City para ir a la boda de Serge. Jim había logrado cambiarme mi billete para el sábado por uno mucho más ventajoso para el viernes a condición de que le invitase a cenar. Nada que una parada en Telepizza no pudiera arreglar y que aportó a mi vida ese momento impagable de llegar con dos familiares a casa de Jim en taxi. Nos pusimos gordos y nos fuimos de fiesta.

Al día siguiente Maternal hizo su, habitual en estos casos, despliegue de alimentos a la hora de comer. He visto bufetes de hoteles de lujo con menor surtido y abundancia, ya se sabe, cosas de madre. Así que me puse gordo y eché una siesta que casi me hace llegar tarde a la ceremonia. Todo lo relativo a la boda es un tema aparte, así que no me pierdo en detalles. La cena fue en La Bilbaína (una sociedad un poco límite, de la que no sólo soy muy fan) y aunque los entrantes dejaron un poco que desear, los platos principales fueron sencillamente impecables. Fui un niño bueno y me lo comí todo. Me puse gordogordísimo y me emborraché a Baileys.

Al día siguiente y un Iberia con turbulencias después Mr. Rayght me llevó a su Templo al Colesterol favorito. Entre que tenía bastante resaca y el estómago acostumbrado a ingerir comida sin fin, tenía bastante hambre, que aniquilé a base de pollo asado, patatas fritas y vino peleón con gaseosa. Como no estaba apenas a punto de explotar, Titus me convenció, nada más unirse a nosotros, para que devorara un Summertime Cone de Häggen Dazs. Juro que pensaba darle sólo un par de bocados. Pero no quedaron ni las migas, oiga. Y después de tanto estrés y esfuerzo necesitaba una siesta claro.

El lunes y el martes, aprovechando que Duncan tenía que pasar unos días en Barcelona comprobando que "las ricas también se pelean", le he enseñado porqué Vino Tinto puede ser considerado mi cuartel general y que Barcelona está lleno de sitios muy correctos, nada pretenciosos y para nada caros, donde poder hablar de cosas tan absurdas como son los Grandes de España o las máquinas que analizan óperas y canciones para establecer las probabilidades de éxito, entre Adriás Collados, rissotos de setas, Jorges Garbajosas, alvariños y carnes con fideos thai.


Ahora con vuestro permiso, me voy a explotar a otro lado.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Las vueltas que da la vida...

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Mecanismos

Hace días que tenía en mente dedicarme a varias cosas imprescindibles como:
a) limpiar en profundidad mi casa (ya)
b) pagar el alquiler inversamente proporcional a la superficie de la casa.
c) escuchar “esa” versión de la que todo el mundo habla.

Así que aprovechando que esta noche llueve, truena, la tormenta ha jodido mi tv y el mundo se va a acabar; he encontrado tiempo para bajarme el último loquesea que Ana Torroja ha hecho/pedido que hagan/o (siendo éste mi más enfervorecido deseo) ha sido obligada a hacer.

Y lo último que a alguien se le ha ocurrido es que perpetre 13 versiones de temas delosdetodalavida de Mecano, bajo un casi infumable refrito de cumbias, bachatas, rumbas y corridos mariachis.

Y me ha dado mucha pena. Lo cierto es que me da pena esta chica. De hecho me dan pena estos chicos. Porque fíjate detenidamente; Jose María, el machito ponce de los 80 por antonomasia, algo así como un Bruce Springsteen patrio (incluso hay un cierto parecido físico en aquella época). Que fue el patito feo del grupo hasta que se convirtió en cisne y decidió que quería ser el Mesías del Pop. Grabó el que sería el último disco de los huevos de oro con la condición de no coincidir con su hermano en los estudios de grabación. Lucha de egos, decían. Tremenda soplapollez de mini-genio, pienso. Aguantaron aún no una, si no dos giras con Aidalai, sacaron un Clio, y se forraron ya pensado en una retirada a tiempo (que hasta entonces les parecía una victoria). Su intento de desarrollar una ópera basada en “Hijo de la Luna” y grabada con figurones en Londres le supuso tener que vender la mayor parte de los Basquiat, Warhols y Lichtenstein de la colección de arte contemporaneo privada más grande que este pais haya visto. Total, para volver con la opera acabada y que el PP no se la dejase estrenar. Después sacó un disco, pero nunca ha tenido ni puta idea de cantar. Así que nos olvidamos de él. Ahora pinta y dicen que no lo hace mal.

Nacho, el histriónico, el histérico, el freaky y el que más ha ejercido de genio. Genio como su hermano al fin y al cabo, pero con algún recurso más (como la cantidad industrial de morro). Disuelto el grupo se fue a la India con la versión casta y Lolita de Penélope Cruz (antes de que ésta se trajinara a cada compañero de reparto) y juntos se lo trabajaron mucho. Una ONG, un documental y una niña apadrinado-adoptada después hizo una de las joyas de la historia de la música (según yo mismo, claro) que se llamaba (y se llama) “Un mundo separado por el mismo dios”, al que le siguieron 3 discos más a cada cual menos bueno. La culpa no era de las canciones, es que faltaba la voz de Ana Torroja. Después de eso se embarcó en un musical, en el que no le debe ir mal… pero con canciones de Mecano, claro…

Y la que otrora fuera mi sex symbol (porque sí, yo también he tenido 12 años) tampoco sabe como avivar el fuego apagado. Claro, que ellos son compositores y ella solo sabe cantar. Se fue a Nueva York a aprender a bailar. A la vuelta sacó un disco bastante bueno cuya promoción se fastidió con la aparición del recopilatorio “Ana, Jose, Nacho”. Después de esto fue la primera en echar mano de Mecano y embarcarse con una gira absurda con Miguel Bosé. Ganó el dinero justo para un segundo disco que fue un fiasco. Tras eso y olvidándose de lo que predicaba en “El uno, el dos y el tres” tuvo que vender los royalties de las canciones de Mecano que tenía para poder hacer un disco que, aunque bastante bueno (y bastante Mecano también), las nuevas tecnologías se encargaron de que no funcionase. Conozco a decenas de personas que lo tienen. Y ninguna se lo compró. Pobre Ana.

Y entonces llegó esto que dicen que se llama “Me cuesta tanto olvidarte” (curiosamente una canción que afortunadamente no destroza en el disco).

Lo mejor: que seguramente recuperará pasta a base de bolos por Sudamérica, porque al fin y al cabo el disco está hecho para eso. (Y los ex fans nos alegraremos por ella)

Lo peor: perder la dignidad y hacer que las canciones también lo hagan.


Aunque pensándolo bien. Para que Montserrat Caballé destripe “Hijo de la Luna” casi prefiero que lo haga Ana Torroja…

domingo, 10 de septiembre de 2006

Killing Time

Fin de semana tremendamente aburrido, sin parar de llover, la mitad de mis amigos de vacaciones, la otra mitad han decidido no salir y el viernes, a eso de las 23:00 me sorprendo a mí mismo dentro de un videoclub a la vuelta del gimnasio echando un vistazo a la sección de terror. Con “Hostel” en la mano me pongo en la cola, y el chico que va delante mío pregunta en catalán a la chica dominicano-peruana standard si para enterder Kill Bill vol. 2 hacía falta haber visto la 1. La dominicano-peruana, en un trato que se ha convertido en stardard, le dice en castellano sin mirarle a la cara que no sabe. Y yo en un claro intento de agilizar la cola y refugiarme en casa digo a su espalda que es preferible haberla visto. Se da la vuelta y me encuentro con una sonrisa bonita tirando a bastante bonita, me da las gracias y me explica que la vio un día con colegas estando fumado y que apenas recuerda la trama. Al final convenzo al desconocido de que coja las dos.

Hasta el sábado por la tarde no nos proponemos ver la 1 y no conseguimos ver la 2 antes del domingo a la mañana. De hecho, el sábado hizo bastante buen día… pero daba igual. Estábamos bastante mejor poniendo en práctica una versión mucho más interesante de los cinco puntos de Pai Mei.

domingo, 3 de septiembre de 2006

Venus vs Marte

Barcelona, un viernes cualquiera, alrededor de medianoche

-…
-…
-…Uhmm...
-…
-Uy…
-¿Qué?
-Mejor paramos.
-¿Sí?, ¿He hecho algo?, ¿Estás bien?
-Sí, bueno, es que creo que me ha bajado la regla.

(In my head: ¿De éstas cosas no se da una cuenta? ¿Que ha sido de los dolores premenstruales y la irritabilidad?)

Conclusión: Sabanas nuevas de Benetton a la basura. Lo siento; mi lavadora no pasa por esos trances…

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Barcelona,
un domingo cualquiera, a media tarde;

-Túmbate ahí...
-¿Así está bien?
-Sí, genial
-...
-...
-Mmmm, no sé qué es lo que estás haciendo pero no pares…
-¿Está bien?
-Pfffff… no hables… y sigue…
-…
-…
-…
-…
-Ufff… ya… sácala…
-¿Ya qué? ¿Quieres cambiar de postura?
-Es que yo ya he terminado… me has puesto muy caliente, tío… (mientras recoge los calzoncillos de detrás del sofá y descubro “la sorpresa” encima de mi camiseta de dormir)

(In my head: H*jodelagrandísisisisimap**a. Y tendrás los santos cojones de querer ducharte ahora…)

-¿Te importa que me dé una ducha?
-Cuánto lo siento. La ducha tiene un escape y le cae todo el agua al vecino, te arreglas con el lavabo, ¿verdad?

Conclusión: Nunca jamás un hombre hetero sabrá lo encabronante que puede llegar a ser que te dejen así. Pero podéis visualizar mentalmente la imagen la próxima vez que digáis “...te juro que no lo he podido parar. Es la primera vez que me pasa...”.
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