Sexo en la Ciudad
Una sensación de ¿qué he hecho todo este tiempo?, como si se te hubiese hecho tarde antes de volver a casa y no sabes muy bien qué estabas haciendo mientras volaba el tiempo...
Cuando te trasladas a vivir a una ciudad grande como puede ser Madrid o Barcelona (en mi caso agradezco al destino, o a quien haga falta, que haya sido Barcelona!!!) de repente te sorprendes a ti mismo desubicado en el mismo piso ha visto tus mayores y mas grandiosas ojeras, borracheras, polvos y decepciones durante los últimos 1100 días.
Miras a tu alrededor y te encuentras rodeado de elementos circunstanciales sin relación aparente que unidos son una realidad. Un montón de cosas inconexas que se juntan para dar forma nada menos que a tu vida: Un ático tamaño huevo Kinder es el escenario… cocacola light en copas altas de cristal de Murano, un plato de pasta fresca encima de una caja de cartón (con la colección de revistas acumuladas durante el tiempo), el ordenador portátil con 4 emails por abrir en la bandeja de entrada (uno de ellos de la madre que me parió) y encima de la tele... un pack prestado de dvd's de una serie que me presento un amigo como quien te lleva a una fiesta de gente conocida. Miro el pack antes de empezar con la pasta y mucho antes de tener valor para leer (y sobretodo contestar) los emails y veo a 4 tías, ninguna especialmente guapa, de hecho diría que bastante comunes que representan como es la vida a los 30 y tantos.
Realmente su vida no difiere demasiado de las nuestras, al menos de las de mis amigos y mía...:
Una relación estable de pareja nos dura menos que el periodo de prueba de emision de un programa de noche de Antena 3. (Aunque espero que se rompa la racha con Buenafuente, para ser sincero)
Las adicciones a zapatos de Manolo Blahnik o vestidos de Dolce & Gabbana son suplidas con zapatillas de Prada y Gucci, carteras de Louis Vuitton y Moschino o media colección de camisas y camisetas de Custo Barcelona.
Restaurantes de moda, desfiles, listas Vip en los locales mas "in" de la ciudad y bla... bla... bla...
Dudas, temores e incertidumbres...
Y sobre todo! Sus miserias son mas miserias que las nuestras incluso, lo que nos hace sentirnos bien. Ya se sabe, "mal de muchos..."
Me sorprendo (no me considero especialmente frívolo) al ver como esta serie se ha hecho fuerte entre esas cosas inconexas que conforman mi realidad hasta tal punto de compartir mi estantería con el "I Ching" o el libro del "Tao" y darme cuenta de que cientos (me parece arresgado decir "miles") de personas lo reverencien fanáticamente al punto de casi convertirlo en una religión consumista, divertida, sí, pero brutalmente consumista...
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