If you love me, go...!

Cuando a una noticia se le da más repercusión de la que merece, se corre el riesgo de que de noticia evolucione en tema de mofa.

Los chistes de moda ahora son los de Iñaki De Juana, pero no quedan tan lejos los de Biescas, Lady Di, Lola/Antonio Flores o Irene Villa.

Por eso precisamente no voy a hablar de nada que contenga los prefijos homo, bi o trans. Y mucho menos las palabras gay u orgullo.

Estoy tan orgulloso de mi orientación sexual, como de tener los ojos marrones o de hacer el 5 empezando por el palo de arriba (raro hasta para esto), con lo cual no siento ningún tipo de necesidad de gritar a los cuatro vientos si me gusta más la carne que el pescado, el pescado que la carne, o si me dedico a hacer parrilladas de lo uno o de lo otro. Pero de esto ya he hablado antes, y no quiero ser pesado.

De lo que venía a hablar es de las fiestas. Me gustan las fiestas. Y este findesemana he ido a una muy grande. Mr. Rayght y yo nos quedábamos en un hotelazo con nevera llena, revistas de tendencias por doquier y dvd’s hindis. Así que después del check-in (aka Welcome-Copazo) con el director, echamos una siesta comodiosmanda: con pijama y todo. Y todo el mundo sabe que esto es preludio de algo importante.

Para saber si una fiesta es buena solo hay dos baremos: con mucha gente (y de muchos estratos sociales) o con poca (y muy selecta). El viernes fue del primer tipo; de pijos y de extrarradios; guiris y patrios; y todos contra todos. Todo pasó demasiado rápido y en rededor de una sola persona sobre la que todos girábamos como satélites: sus novios, los novios de sus novios, sus exnovios y los novios de sus exnovios.

En cambio el sábado, tras el baño de multitudes decidimos ver los toros (y sus cuernos) desde la barrera. En el balcón de la 213 (es el primer hotel que veía que tiene habitación 13) de un sitio al que yo me empeñaba en cambiarle el nombre, saltamos, bailamos, gritamos, votamos (sí con V, sí) y tiramos besos, confetti y los trastos a un montón de gente. Para cuando terminó ya teníamos un montón de amigos nuevos y un pedo indecente. Como el resto de la noche es un poco para hacer Hormigas Blancas, que comprenderán que sólo pase por encima del tema.

Cuando a estas cosas se les da más repercusión de la que merece, se corre el riesgo de que de noticia evolucione en motivos de chantaje.

Gogglereklite: "Troy está muerto"