Misterious Ways

Esta mañana mi teléfono ha sonado a las 8 de la mañana… siendo un domingo cualquiera lo cierto es que lo más probable es que estuviese llegando a casa o acabase de hacerlo. Pero ayer estaba demasiado cansado como para entrar en el bucle prefiesta, fiesta y postfiesta del día anterior (del que mejor no hablo, no sea que el resto de Mossos de Esquadra me localicen…)

Después de dos llamadas que yo no había oído, la tercera me despertó. Era River que incomprensiblemente estaba en Sitges.
El punto de incoherencia es que River jamás es uno de los tíos más psicológicamente interesantes que conozco. Basta que las cosas sean azules para ti que el se encarga de debatir la postura de que son amarillas. Odia los sitios de ambiente, flipa con las zapatillas (en sus múltiples y sexuales variantes), odia a mis amigos porque dice que son pijos y aburridos, los suyos son límite (muylímite) capaces de estar 4 horas discutiendo sobre el trazado de las líneas del metro en Barcelona y Madrid mientras dibujan novedosas y absurdas variantes sobre un plano y escuchan “Putilatex”. Pero lo cojonudo es que a pesar de ser tan totalmente diferentes nos caemos y llevamos de la hostia.

Por su aversión a los sitios estereotipados (y nada en el mundo salvo Disneylandia, lo es más que Sitges) me ha extrañado que estuviese allí. Necesitaba que le pasara a buscar porque no estaba en condiciones de nada y de hecho su frase lo resume todo: Troy, tío… me acaban de recoger de la calle, estaba todo tirado en un portal… ven…

Ni que decir tiene que me ha faltado tiempo para salir corriendo. Por mi cabeza (corrupta con tanto cine) pasaban imágenes de palizas AmericaHistoryXianas, violaciones PulpFictionianas o sobredosis HistoriasDelKronenienses.

Por lo visto ayer quedó con un tío irlandés que había conocido por internet y al que le tenía bastantes ganas… el tío, a pesar de tener alrededor de 5 a 7 años y el mismo numero de kilos más que en la foto, seguía teniendo su morbo (o al menos eso defiende Javi). El caso es que de bar en bar, y de discoteca en discoteca de repente a los dos les pareció muy buena idea tomar GHB. River en el tema de las drogas es bastante inexperto, cosa que el hombre de Eire no parecía ser tanto. De buenas a primeras le endiñó un tapón en el vodkaconlimón. River recuerda el subidón, la verborrea fluida y ocurrente hasta que se sintió mal y salió a la calle. Lo siguiente es un camarero sacudiéndole para que se despertara. Una vomitona al lado. Y ni rastro del irlandés.

De pronto en mi coche de vuelta me he encontrado como FatherTroy sermoneando y reprendiendo a un tío que me saca 4 años por su inconsciencia. Y a él mirándome como un cachorro de Basset Hound.

Ya en casa, con River acostado (aunque sin dormirse) me he cagado en mi doble moral; en las veces que he ido de fiesta en fiesta con conocidos de conocidos de conocidos de conocidos, saltando de coche en coche y metiéndome lo que me ofrecían.

Yo tuve suerte. Mucha suerte. No ha pasado nada grave, así que puedo decir que Javi también la ha tenido. Aunque sea una mierda que tenga que pasar algo así para que espabilemos.