Kiss on the Rocks

Según mi teoría kármika particular, a todo acontecimiento estresante le debes compensar con uno relajante. Y siguiendo esta teoría me encaminé ayer a la playa (acontecimiento relajante) después de salir de trabajar (acontecimiento estresante).

Desde tiempos inmemoriales, herencia de mi pasado surfero, en el maletero de mi coche siempre hay un bañador y un pareo. Y cuando digo siempre me refiero también al 27 de diciembre, al viaje a Madrid y a la mudanza de F. Quiso el azar o el destino que ayer, por motivos higiénicos, el bañador estuviese colgado secándose en ese preciso momento a varias decenas de kilómetros de distancia. De modo que:
Opción 1: Nudismo
Opción 2: Quedarme sin playa

Decantándome sin ningún tipo de duda por la Opción 1 (¿pudores a mí?) me encaminé a una cala pequeña que alguien me dijo una vez que existía perdida por la costa.

Muy a mi pesar el sitio en sí no era demasiado difícil de encontrar (unos 40 coches aparcados con parasoles de colores carcomidos lo testificaban), pero si de acceder…Así que ni corto ni perezoso comencé el trekking-dressed-in-Diesel-and-Prada con un equipaje consistente en un botellín de agua, marlboro light, mechero, pareo y llave del coche. Senderito. Cuestita para arriba. Camino de piedras. Mini bosque. ¡SUSTO! (Tío de pie fumando mirando a la gente que pasaba, en plan La Esfinge del Cancaneo). Miro para otro lado y sigo. Pequeño llano. Sendero serpenteante grado dificultad 9 en rápel. Camino que se bifurca; uno hacia el mar y el otro en dirección contraria. Sigo el que va hacia el mar… pero que en vez de hacerlo me lleva a un risco donde hay un tío enorme con barba agachado en postura de “7” de frente a mí que me mira con cara de sorpresa. Mi cerebro piensa a velocidad supersónica, quemalqueteinterrumpancuandoestascagando, conquéselimpiará?, tendrákleenex,seguro. En milésimas de segundo y gracias a un movimiento sube-baja descubro una cabeza afeitada al 2 que se mueve detrás del “ángulo agudo del 7”. Del superlativo grado de flipe se me cae el mechero. Sin recogerlo y sin mover ni un músculo de rodillas para arriba giro 180º y me marcho. A mis espalda oigo un “chsssssst, chsssssst”… en ese momento acelero el paso…