No apto para menores de 16
Queridos niños... Hoy me he despertado más malo que J.R. Ewing, y mientras me lavaba los dientes me he acordado del miedo (por no llamarlo pánico atroz) de Nepomuk y Dwalks y de cómo a mí siempre me han gustado las películas de terror precisamente por el miedo que dan, así que en un arranque de simpatía digno del Guardián de la Cripta he decidido compartir una historia con vosotros…
“Es una historia sobre una niña de 9 años, hija única de padres de gran influencia en la política local (de otro país); esta niña tenía todo lo que hubiese querido y deseado una niña normal con buena educación, pero con una soledad incomparable. Sus padres solían salir a fiestas de caridad y reuniones del ámbito político, y la dejaban sola.
Todo cambió cuando le compraron un cachorro de raza grande (esto para que protegiese a la niña cuando creciera), pasaron los años y la niña y el perro se volvieron inseparables. Una noche como cualquier otra los padres fueron a despedirse de la niña; el perro, ya acostumbrado a dormir con la niña, se postraba debajo de la cama.
Los padres se fueron y pronto la niña se sumió en un sueño profundo, ya aproximadamente como a las 2:30 de la madrugada, un fuerte ruido la despertó, eran como rasguños leves y luego más fuertes. Entonces, temerosa, bajó la mano para que el perro la lamiese (era como un código entre ella y el perro) y lo hizo, con lo que entonces ella se tranquilizó y durmió otra vez.
Cuando ella se despertó por la mañana descubrió algo espantoso: En el espejo del tocador había algo escrito con letras rojas. Cuando se acercó, vio que era un rastro de sangre que decía así:
"NO SÓLO LOS PERROS LAMEN".
Entonces dio un grito de terror al ver a su perro crucificado en el suelo de su habitación.
Se dice que cuando los padres la encontraron ella no podía llegar a decir de otra cosa más que "¿quién me lamió?" y balbucir el nombre de su perro, se volvió loca y hasta la fecha está en un manicomio mientras sus padres tratan de olvidar lo ocurrido”
Que tengais duuulces pesadillas...(mmmmwaja ja ja ja, mwaja ja ja...)
15 Comments:
Jo, Troy, tu crueldad no tiene parangón.
Lo que no entiendo es cómo no se despertó la niña al oír los martillazos; pero sobre todo me inquieta cómo un psicópata se para a escribir en un espejo con sangre de perro y pone acentos y todo... náh, chavales, un mito urbano.
A mí lo que me da miedo es pagar el alquiler... :)
Oiga, y usted no baja nunca por Madrid???
1. Pues la segunda noche yo habría pobrado a asomar otra cosa por debajo de la cama para, ya que tengo que cagarme de miedo, al menos sacar un provecho, digo yo.
2. ¿Una bestia que se dedica a cucrificar perros? ¿sabes si dejó alguna tarjeta? ¿un teléfono de contacto? ¿una dirección?
Fé de erratas: pobrado no. Probado.
Yo he oído una historia similar pero el que acababa en el manicomio era Ricky Martin, o en el hospital por un empacho de paté, no recuerdo bien...
Pero vamos, que parece mentira que no les conozcas: a Dwalks tienes que contarle una de encontrar trocitos de rata en un BigMac. Eso sí que le quitará el sueño.
Con Nepo tienes que desviar la atención de matar perros, porque se emociona y se desconcentra. Te recomiendo una con muchos aparecidos. Puedes incluso subir el nivel y darle algo de Guy de Maupassant. Te garantizo que en menos de dos días su habitación va a parecer una guardería de gusiluces.
Troy, después de conocer a un tipo " tipo mi ex " te aseguro que ni la versión doscientasmilvecesremasterizadayconvomitosdetresdiferentestonosdeverdedel exorcista me espantan, que me lama la mano quien quiera a la noche, que como me acuesto cansada ni me entero.
Besitos y saluditos de color verde viernes
que bonito quedo mi comentario, era : con vomitosdetresdiferentestonosdeverde, pero me lo censuraron, por exagerada :S
Vale... vosotros lo habeis querido. Esto me lo mandó un amigo hace un par de meses:
"...en la residencia las habitaciones no es que tengan muchos muebles: dos camas, dos armarios y una mesa con dos sillas. Como sabes comparto mi habitación con tío que se llama Sergio. Pues por la escasez de muebles y la amplitud de la habitacion, un día que volvíamos de la biblioteca, vimos en un contenedor una mecedora vieja que estaba chulisima y la pillamos. Estuvimos meciéndonos en la calle y decidimos subirla a la habitacion. No fue nada facil hacerlo y sortear al bedel, que un tio tope brasas. Pero con mucho arte lo conseguimos y dejamos la mecedora en una esquina de la habitacion y fue acumulando ropa encima de ella.
Pero una semana después, una noche que estaba estudiando, me parecio ver que la mecedora se movia, era imposible, al principio pense que seria una corriente de aire o algo, y me levante a cerrar las ventanas, pero las ventanas ya estaban cerradas. Pense: 'seran imaginaciones mias', y me volvi a sentar en la mesa, pero por el rabillo del ojo no podia dejar de mirar la mecedora. Cuando me olvide del incidente, oi un ruido y me gire. Las cazadoras que estaban en el respaldo de la mecedora habian caido al suelo. Me levanté a recogerlas y vi, esta vez muy claramente, que la mecedora se movía, y no era por la inercia de haberse caído las chupas. Se movía muy despacio, como si alguien se estuviese meciendo. Bajé corriendo a la sala de TV a avisar a Sergio. Subio conmigo mientras repetía que serían cosas mias, y cuando abrimos la puerta vimos la mecedora tirada en el suelo, de lado, y todas las ropas desperdigadas por la habitacion. Sergio dijo que vale, que muy buena la broma pero que no se creia nada. Levante la mecedora y volvio a poner la ropa encima. Y nos fuimos a la cama. Yo no podía quitar ojo a la mecedora pero finalmente me dormí.
De pronto me desperto un ruido, como un roce de algo con algo, y encendi la luz, Sergio se desperto. 'Tío apaga la luz', dijo.' ¿No oyes un ruido?', le dije nervioso. 'No, solo te oigo a ti dando la brasa', grito. Finalmente escucho el ruido. Era como un roce. Buscamos de donde venia y vimos el llavero metalico que colgaba de la llave de la cerradura balanceandose y pegando con la puerta de madera. Estabamos cagados de miedo mirandolo y de pronto empezo a dar vueltas como loco, en círculo, como cuando das vueltas a una cadena alrededor de un dedo, pero lo hacia solo y alrededor de la llave que estaba encajada en la cerradura. Sergio se cabreo. Que ya valia, que muy buena la bromita; y yo: 'tio, que no soy yo'. Y de repente empezo a cerrarse con dos vueltas la cerradura. Clack, clack. Clack, clack... Sergio dijo 'Vale, ya se, estan cerrando con otra llave por fuera', y se giro como diciendo 'aqui ya esta todo arreglado', pero me empujo para que me girase. La mecedora estaba moviendose suavemente.
Estabamos que se nos salía el corazon por la boca. El ruido de la llave paro y el llavero se dejo de mover, pero la mecedora se empezo a agitar de forma violenta..., mas y mas, mas y mas..., hasta que se volcó.
Sergio y yo pudimos, por fin, salir al pasillo. Al día siguiente pedimos un cambio de habitación.
¡Qué frustración!
Yo intentando que cunda el miedo generalizado y todo el mundo desvía el tema a Ricky Martin...
Me han venido a la mente como diez leyendas urbanas tipo guarras sobre noches, camas y lametazos...
Pues a mí lo de Ricky Martin si que me ha parecido terrorífico ¿eh?
No sé si podré dormir hoy...¿¿y si suena enmedio de la penumbra....LIVIN LA VIDA LOCAAAAAAAAAAAAAAAAA....??
Négligé, la historia no es esta, pero me parece incluso más aterradora...
"La carretera principal que va de Baltimore a Nueva York al llegar al kilómetro 12 se cruza con una importante autopista. Se trata de un cruce muy peligroso, y en muchas ocasiones se ha hablado de construir un paso subterráneo para evitar accidentes, aunque todavía no se ha hecho nada.
Un sábado por la noche, un prestigioso doctor neoyorkino -del que evitaremos reproducir su nombre-, regresaba a su casa después de asistir a una sala de fiestas country. Al llegar al cruce redujo la velocidad y se sorprendió al ver a una deliciosa jovencita, vestida con un traje largo, de fiesta, haciendo auto-stop. Frenó de golpe y le hizo una señal para que subiera a la parte trasera de su descapotable.
- El asiento de delante está lleno de palos de golf y de paquetes -se disculpó. Y a continuación le preguntó: - Pero, ¿qué está haciendo una chica tan joven como tú sola a estas horas de la noche?
- La historia es demasiado larga para contarla ahora -dijo la chica. Su voz era dulce y a la vez aguda, como el tintinear de los cascabeles de un trineo. - Por favor, lléveme a casa. Se lo explicaré todo allí. La dirección es North Charles Street, número XXXX. Espero que no esté muy lejos de su camino.
El doctor refunfuñó y puso el coche en marcha. Cuando se estaba acercando a la dirección que le indicó ella, una casa con las contraventanas cerradas, le dijo: - Ya hemos llegado. Entonces se giró y vio que el asiento de atrás estaba vacío. - ¿¡Qué demonios...!? -murmuró para sí el doctor. La chica no se podía haber caído del coche, ni mucho menos haberse desvanecido.
LLamó repetidas veces al timbre de la casa, confuso como no lo había estado en toda su vida. Después de un largo tiempo de espera, la puerta se abrió y apareció un hombre de pelo gris y aspecto cansado que lo miró fijamente.
- No sé como decirle qué cosa más sorprendente acaba de suceder -empezó a decir el doctor-, una chica joven me dió esta dirección hace un momento. La traje en coche hasta aqui y...
- Sí, sí, lo sé -dijo el hombre con aire de cansancio-, esto mismo ha pasado otras veces, todos los sábados por la noche de este mes. Esa chica, señor, era mi hija. Murió hace dos años en un accidente automovilístico en ese mismo cruce donde usted la encontró..."
Nepo, podría dar aun más miedo si cantara a duo con Enrique Iglesias...
Johan, MUY interesado en leerlas!!!!
Bien, Troy, bien. Me voy a cambiar los calzoncillos y vuelvo a hacerte otro comment.
Genial como siempre, Troy! Se me han puesto los pelos de punta, pero culpa mía, ya avisabas de que esto no era para niños...
Un besito,
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