Por mi pie izquierdo

La semana pasada Al y Mr. Rayght me invitaron a pasar la noche de San Juan en su casa. Los amigos de Mr. Rayght son un poco la versión gay de Samantha, Carrie, Charlotte y Miranda, entre 30 y 35, con carreras profesionales brillantes y un nivel económico más que desahogado. Como el plan era que cada uno de nosotros llevase algo y conocido, como es, mi nulo sentido de orientación en la cocina decidí encargar algo y llevarlo como si lo hubiese hecho yo.

Problema número 1: Tayra me dice que por ser yo y a pesar de que van a hasta el culo de trabajo me preparan una bandeja de makis pero que no podrían ser variados como yo quería porque no les daba tiempo. Les digo que se lo confirmo en 5 minutos (quería intentarlo en El Japonés, aunque sé que no hace estas cosas, esperaba mover un par de hilos).

Problema número 2: En El Japonés no encuentro ningún hilo que mover.

Problema número 3: Me convocan en una reunión sorpresa y me lleva ¾ de hora volver para llamar a Tayra. Así que ya no encuentro a nadie.

Echo mano de la agenda a ver si puedo perpetrar un milagro culinario encontrando algo a la altura, sofisticado a la vez que informal,que me pueda llevar, para unos 12, y que para colmo pueda haber preparado yo (sic.). No encuentro nada (la opción carpaccio de ternera para 12 no es lo que se dice una buena idea)

De repente se enciende una bombilla en mi lóbulo parietal. El Golfo de Bizkaia!!!! Posiblemente, junto con los del Euskal Etxea, los mejores pintxos de Barcelona. Les llamo, les pido el favor, resulta que el tío es de Bilbao y me dice que vale… que me prepara un par de bandejas y que las pase a buscar cuando pueda.

Lo hago. Me preparo, llego a la casa de Al y Mr. Rayght sorteando los atascos propios de la tarde-noche de San Juan, soy de los primeros, meto las bandejas en la nevera. Tomamos unas piñas coladas (Al fue camarero antes que fraile) llegan todos y deciden que como hace calor mejor cenar en la piscina. Preparamos un improvisado buffet en la mesa de ping pong. Todo muy rico, la primera bandeja desaparece, risas, más bebidas, llega la segunda bandeja, me preguntan a ver dónde aprendí a hacer pintxos tan ricos, yo sonrío y dejo que sigan comiéndose (literal y figuradamente) el anzuelo hasta que Dust la abre y me dice con su encantador acento fracés:
-Troy, esto creo que es para tí.

Sobre los palillos, una nota que decía:
"Troy; te he hecho una selección especial, espero que os gusten! Ya me contarás." Mikel.