Por última vez...

Sol, arena fina, mar revuelto (como a mí me gusta), 3 personas en la playa. Troy Naked Mode® sale del agua, se tumba y enciende un Marlboro. Llega un mensaje de Mr. Rayght: Estoy con Dust. Si sales pronto, tomamos algo?

Miro alrededor, no hay nada interesante y el sol ya no calienta demasiado y decido que me apetece verles. A los dos. Sin pensar con la polla. Les contesto que sí, que voy para allí. Escucho Marlango mientras serpenteo el Garraf con las ventanillas bajadas y decido que es la BSO perfecta para conducir por esa carretera. (“I suggest…” que grande…)

Cuando llego al Borne me dicen que han pasado por casa a recoger las últimas cosas que Dust tiene en ya su ex-hogar. Cargamos en mi coche 2 cajas tamaño XL repletas con los 700 libros fundamentales que todo ser debería leerse para considerarse humano (según Dust) y empapo de sudor el polo nuevo recién adquirido. Colgamos el equivalente al vestuario del Re-Invention y Drowned World Tour en 3 burros que logramos introducir en mi maletero. Cuando cogemos las últimas camisas a Dust se le llenan los ojos de agua. Descolgando esas perchas da el carpetazo definitivo a una etapa de su vida. Cerrando el portatrajes se despide de la casa que diseñó, de los muebles que compró y, sobre todo, de la historia de amor con Fred.

Dejamos a Mr. Rayght duchándose en casa ajena y pelando patatas para la cena. Será la última cena en casa de Fred y Dust. La próxima será en casa de Fred o en casa de Dust. Pero ya no volverá a ser “Casa de Fred y Dust”. Eso también es duro. En el coche me cuenta que cree que Fred tiene un rollo con alguien y que no se lo quiere decir. Que le ve esconderse para hablar por teléfono. Yo automáticamente pienso que yo haría lo mismo, el objetivo es no hacer a la otra persona sufrir. Hay un momento que desconecto de lo que Dust me cuenta para maldecir mi suerte por verme siempre metido en este tipo de historias.

Subimos las cosas a su nueva casa. Está en el Eixample y es correcta, sencilla, sin apenas muebles aun. Nada que ver con el loft de diseño, cocina high tech y persianas eléctricas del Borne. Dejamos todo en su cuarto que parece en ese instante la tienda de H&M al final del primer día de rebajas. Aunque sudado, me da un beso y me da las gracias por ayudarle. Yo, un poco cobarde, le digo que los amigos estamos para eso. Me da otro beso, más cálido e incluso apasionado. Le digo que pare que me empieza a poner cachondo.

De camino a casa paramos en un Badulake y compramos dos botellas de Lambrusco (para el salmón) y una de vino blanco de Rueda. Cuando llegamos ya está casi todo listo. Mr. Rayght y yo tomamos una cerveza y jugamos con galletitas saladas en forma de pez mientras terminan Fred termina de hacer las fajitas y Dust se ducha. Yo me doy una ducha hiper rapida que es interrumpida por Oli que quiere que vaya a la fiesta Mtv que se hace en Shôko y que pincha Groove Armada. Me jode, pero le digo que no puedo.

Las fajitas/burritos solo son superables por el salmón marinado. De postre helado de leche merengada. Me digo a mí mismo que tengo que apuntarme a algún curso para aprender a cocinar. Por lo menos tener un plato estrella y no quedar como un gañán. Al viene a buscar a Mr. Rayght y de paso celebramos que como son más de las 00:00 ya es oficialmente el cumpleaños de Al. Cuando deciden marcharse Fred y yo estamos en la cocina charlando y acabamos de abrir una cerveza cada uno, así que deberé quedarme un rato más para ser políticamente correcto así aprovechamos para hablar de qué le vamos a regalar a Al por su cumpleaños. Después me despido, quedamos en mandarnos emails para concretar y Dust me acompaña a la puerta. Me dice que se queda a dormir, que es la última noche que dormirá en esa casa. Me da las gracias de nuevo y le digo que no se preocupe. Al irle a besar se aparta suavemente y tan sólo alcanzo la comisura de sus labios.

Mientras bajo por las escaleras me doy cuenta de que esta noche muy probablemente Fred y Dust hagan el amor por última vez.