(mi) KARMA (en) KOMA

Hace un par de semanas, en un estresante montaje con muchos presidentes, directores, directores adjuntos, asistentes de directores adjuntos, y demás prensa rosa empresarial cometí el grave error de pasar (aunque fuera corriendo) por debajo de una escalera.

También cometí el error de bromear con la tipa que lo pagaba todo aquel tinglado (incluyéndome a mí) sobre lo poco práctico que resulta ser supersticioso en según qué trabajo.

Dos días después media colección otoño-invierno 2006-2007 desaparecía junto con la ventanilla trasera de mi coche. Una semana después el espejo retrovisor (del mismo coche) salia volando en pedazos como en un videoclip de Massive Attack, muy a cámara lenta mientras el coche (de los mossos) se iba muy rápido. Ese mismo día me confirmaron que mejor no hacía planes para el findesemana, porque tendría guardia. Durante esa guardia me entró un cliente y me invitó a cenar en Can Travi; le esquivé en tres tiempos, pero no lo suficientemente rápido como para que el cachondeo se generalizara. El domingo mi ordenador dijo: Ahí te quedas tío; estoy hasta los megapíxels de tí, de tu música, de que me tires encima un día sí y otro también un cenicero/vaso/móvil/ipod... y se fue al cielo de los portátiles.

Realmente tengo suerte de no ser supersticioso... porque trae muy mala suerte...