La Arena de los Relojes

Son las 18:07 de la tarde y por el tiempo que llevo aquí he podido ver la nieve derretirse en los montes.

De hecho creo que en la pista no queda ninguno de los aviones que había cuando he llegado. Con lo que he visto aterrizar a todos los que están ahora mismo esperando al resto de los pasajeros.

Me hace incluso gracia, maldita gracia, pero gracia al fin y al cabo que haya gente que salía más tarde que yo, que no solo han salido sino que habrán llegado ya a sus destinos y puede que incluso a sus casas y/u oficinas. Mientras, disfruto de una puesta de sol realmente bonita entre montes de Bizkaia (hubo un día en que me supe cada uno de ellos)

La culpa es en principio de las condiciones meteorológicas adversas (Alaska no lo pudo haber dicho mejor) que han obligado a cerrar Barajas y Charles de Gaulle, y esto ha provocado desvíos al Prat.

Me ha llamado Alexis, que ahora vive en París y se dedica a "eso de la moda" que diría Maternal en Plan Chus, que está tirado en Heathrow (por lo del Charles de Gaulle) y además de saludarme, ha aprovechado para invitarme a los desfiles de la semana que viene (se ha olvidado otra vez de mi cumpleaños, así que preveo un mega email de disculpas en próximos días) y pedirme el teléfono de Ndk ya que no sabe si se tendrá que quedar a pasar la noche en Londres o no.

Yo me lo he tomado con mucha filosofía. He disfrutado incluso el sándwich vegetal prefabricado en un momento impreciso entre ayer a la noche y esta mañana a juzgar por la textura del pan y una coca-cola de máquina; esto es, agua con burbujas y colorantes y acidulantes disueltos en ella. (Lo que se merece un post a parte; ¿éste brebaje puede ser considerado realmente coca-cola?)

¡¡¡Bien!!! ¡¡¡Veo llegar al avión que me tiene que llevar!!! Lo que tampoco significa garantiza que salgamos ya, por supuesto…