Oddie

Los veranos, igual que la Semana Santa, son las fechas favoritas elegidas para colapsar mi casa. Invariablemente de 3 a 5 amigos (con sus respectivas novias) entran en www.sitioparaestarporlapatillaysalirdefiestaamasacre.com y hacen sus reservas.

El findesemana pasado fue Yago (con sosa consorte) y el mismo día que les dejaba en el aeropuerto rumbo a Maternal City llegó Oddie (con Japonesa consorte).

Yago es uno de los tíos más intrínsicamente guapos que conozco además de ser un buen tío. El problema que tengo (lo tengo yo, no él), es que me parece que se ha quedado en los 90, cuando nos conocimos y las niñas babeaban por él y él les daba cancha y les ponía frases en las carpetas y las niñas se deshidrataban en babas. Cuando tocaba la guitarra y las niñas babeaban por él y él les invitaba a sus conciertos, les saludaba desde el escenario y las niñas se deshidrataban en babas. Nada ha cambiado en él. Esa es para mí, a la vez, su mayor virtud y su mayor defecto.

Oddie, por el contrario vive en el futuro. Distorsionado a su gusto, pero futuro. Oddie es mi evolución. Oddie fue el que me dio el empujón cuando quise saltar, el que me quitaba los miedos, el que me abría la mente.

Fuimos al mismo colegio, pero con gente diferente, así que cuando realmente descubrí a Oddie fue un día en la playa. Yo salía de coger olas y él se estaba fumando un porro. Me saludó con la cabeza y yo le devolví el saludo. Pero algún tipo de cauce energético nos hizo coincidir un par de días más en la misma situación aunque a diferentes horas de modo que un día empezamos a hablar.

Nuestras ideas y proyectos se parecían bastante, y ese frikismo intelectual nos unió. El salía con su novia detodalavida y yo con Katja. En nuestras mentes planeaba la idea de viajar a la India. El lo hizo durante 2 meses. Nos vimos un día. Al de unas horas yo me marché a Tailandia. A mi vuelta todo había cambiado en el mundo de cada uno, pero sorprendentemente de modo paralelo. El había descubierto el yoga y yo la meditación. El había dejado a su novia y yo me había dado cuenta en la frontera con Birmania de que Katja y yo cada vez teníamos menos cosas en común.

El caso es que en ese viaje él conoció a Jenny, su mujer hoy en día. Una bailarina genéticamente japonesa y pero sueca de toda la vida (sus padres la adoptaron cuando tenía meses). Y partir de ahí su vida cambió aun más.

Dejó la carrera a falta de 4 asignaturas. Se mudó a Malmo. Y yo me quedé sin mi referente espiritual. Sin el complemento a mis neuras y vacíos filosóficos.

En esos mismos días fue cuando yo me mudé a Barcelona. Y esto además coincidió con el descubrimiento de una nueva faceta sexual. Él fue precisamente primer amigo al que le conté que era “polifónico”. Sorprendentemente me dio, no su aprobación (por decirlo de alguna manera), si no su enhorabuena por haber alcanzado un grado más hacia la perfección en lo sexual. (Sobre lo que puedo discrepar hasta el infinito o más allá).

Ayer Oddie se fue de mi casa. Le vi triste. Cabizbajo. Le vi llorar dos veces. Le pregunté y me contestó. Lleva 2 años llorando por su apego a lo material. Porque idolatra a su mujer pero quiere que su espíritu sea libre. Porque le duele su plano físico y que su lado espiritual sea débil.

La evolución de Troy. El Troy Perfecto. El Referente. Oddie está confundido. Y ha sido cruel mostrándomelo porque me ha dejado como una brújula imantada. Sin saber dónde está el norte.