El Hijo de la Luna

El viernes, tal y como prometía, fue el horror hecho día… horas laaaaargas, conversaciones eteeeeeernas, gente pesaaaaaada… pero era el cumpleaños de Frans, Doom le había montado una fiesta, y nosotros le habíamos comprado LA cafetera. Así que no podía cancelar.

Me tomé un Cafeine Cocktail antes de salir del trabajo para evitar, en la medida de lo posible, esmorrarme en la primera curva pero a duras penas hizo efecto.

Pasé por casa para ducharme y ¿qué hice? Quedarme dormido mojado y en pelotas encima de la cama. Me despertó el móvil (cómo no…), pero no pude cogerlo porque para entonces ya me había convertido en el Fabuloso Hombre Estornudo.

Salí pitando y llegué a la fiesta. No fui el último en hacerlo, lo cual no me hizo quedar todo lo mal que me temía. Siguiendo el briconsejo de Mad y mío del domingo anterior (que estamos revisando la ultima temporada de Sex and the City) Doom hizo Cosmopolitans para 2 ejércitos de aire, uno de tierra y cuatro infanterías. Creo que me bebí la mitad del PIB (Producto Intoxicante Bebible) y cuando más animada estaba la conversación, todo el mundo se lo pasaba genial alguien me pregunta: ¿Troy, a qué se supone que te han ascendido?. Yo no recuerdo la pregunta. Pero es posible que fuese porque a esas alturas estaba despatarrado y a punto de babear el “living divani” de Frans y Doom sumido en el más reparador de los sueños.

Cuando me desperté todavía me dio tiempo a tomarme 6 Cosmopolitans más, antes de que la fiesta se diese oficialmente por concluida. Todos decidieron ir a Salvation; pero era demasiado para mí…

Conduje hasta casa pensando en almohadas, colchones de látex, nórdicos y todas las cosas blanditas y cálidas que me esperaban en Kan Kinder. Aparqué el coche y al ir a abrir la puerta del garaje escuché creo que el grito más desgarrador de mi vida. Instintivamente quité la mano del picaporte como si me hubiese dado calambre, pero aún con el miedo de dar motivos de inspiración a Mecano de hacer Cruz de Navajas II, abrí la puerta y salí.

Me encontré a una mujer en el suelo, agarrándose el vientre casi sin poder respirar. Inmediatamente asumí que le habían dado un navajazo. Su novio, su marido, su lo que fuese… después de preguntarle si estaba bien (era obvio que no, pero ¿qué querías que dijese?) me contestó algo en serbocroata o bielorruso o en swahili, que no se parecía a nada. Lo volví a intentar:
-Are you ok?
-Ahm neh-voy-eh de ah-zhoo-tor tah-oo…!
Sorry, what’s that???
-Ahm neh-voy-eh de doc-tohr…!

Pánico. Piensa Troy, piensa. Coge el coche y llévala al Clinic. ¡No! No la muevas, que seguro que es peor. Llama a una ambulancia. Agenda: Ainara, Ainhoa, Alex, Arola, Axel… ¿Quién coño lleva el número de una ambulancia en la agenda? 091, eso es la policía… 080 los bomberos… mierda, ni un alma por la calle… ella no para de hablar como si lo hiciese hacia atrás Niñadelexorcista Mode On. A tomar por saco. Llamo a la policía y ellos me pasan con emergencias:
-Dice que es una posible herida de arma blanca. ¿Puede ver la herida?
-Bueno, no… (Troy bobo, Troy gilipollas)
-¿ Y dice que sigue sangrando?
-Uhmmm… no, bueno, sangre, esto… no… no veo la sangre… (Troy gilipollas, Troy bobo), pero se agarra la tripa y creo que se ha orinado…
-Disculpe señor, pero ¿existe la posibilidad de que esa mujer esté embarazada y haya roto aguas?
Troy simulando toda la dignidad del mundo y disimulando la estulticia suprema: -Mire, no lo sé… no soy ginecólogo ni veo “Urgencias”, así que me puede mandar una ambulancia????????????

Cuando por fin llegó y subieron a la señora a una camilla, me cogió la mano, y en plan película de Spielberg musitó: mool-tzu-mesc…
Le dije al camillero que si era necesario que fuese con ellos. Él me preguntó si nos conocíamos. Contesté que no. Me dijo que entonces no era necesario, que ellos se encargarían de que estuviese bien.
Dudé. En sus ojos se veía una infinita tristeza…