“Sekretu bat esango dizut"

En una de estas encuestas absurdas que se publican de vez en cuando decían, hace años, que la única mujer más conocida que la Reina de Inglaterra era Madonna. (God save the Queens!)

Pero aquellos eran otros tiempos y ahora Madonna Louise Veronica Ciccone Ritchie aka Esther ha evolucionado y, como no hay evolución sin promoción, lo ha rodado y ha hecho algo que se llama “I’m going to tell you a secret”. Lo podría haber llamado “En la cama con Madonna II” pero ahora ya no es fría ni calculadora, no es petarda ni excéntrica, ni es diva ni es siquiera Madonna; es Supermadonna, su evolución.

-La (Shangai) Surprise; que para un concierto en su momento álgido para dar las gracias a Michael Moore (presente), por hacer que el mundo abriera los ojos y por ser fuente de inspiración para ella.
-La Maternal Girl que dice envidiar a la niñera de sus hijos porque es la afortunada en verlos crecer. Con escenas de los niños que demuestran que Alex Lecquio Obregón ha poseído a Lourdes Maria Ciccone, y que francamente encuentro difícil que alguien en el mundo quiera verla crecer (claro que ella es hija de quien es y nosotros no). Y que Rocco es un hooligan en potencia que ha despertado todas mis simpatías. Humanidad; preparense para un niño que dará que hablar.
-La kabbalah-addicted que va a Israel (poseída, en su caso, por el espíritu de Bono de U2) a intentar poner paz y después gloria.
-Y sobre todo la Madonna-Madonna: la que es capaz de eructar, tirarse un pedo, darle esos sonidos al productor/dj de moda y convertirlo en el temazo del lustro.

Así que basándome en la idea de que ya ha cantado en decenas de idiomas, incluyendo el sánscrito, pero no en euskera, he pensado que estaría bien que le propusiera a convertirse en la primera mujer Lehendakari. Yo la votaría, desde luego. Me puedo imaginar “Orbaingabe Collection” con éxitos como “Euskaldun Life”, “What it feels like for Otegi” o “Don’t cry for me en La Concha”. Hacer una versión yoga ashtanga del “Eusko Gudariak” (himno de la patria vasca) con imágenes de Chris Cunningham como carta de ajuste. E incluso llegar a crear la Consejería del Buen Gusto y Valores Estéticos. Hasta Zaplana votaría a favor del “Plan Vogue” con una txapela de Versace… estoy seguro…