Truth or Dare
Parece ser que por fin mis jefes se han dado cuenta que puedo hacer bien mi trabajo en un horario menos destructor para mi vida social, así que gym por la mañana, trabajo por la tarde y juerga por la noche va a ser la tónica habitual de mi próximo mes (en vistas a un cambio laboral definitivo a corto plazo).
Los hábitos y costumbres que tengo que modificar son inhumanos, esto es, cambio alimenticio y de sueño como plato fuerte. Y se acabaron las comidas sociales 3 días a la semana, así como los cafés de media tarde. En compensación mi vida nocturna también se verá alterada en mi beneficio (aunque no en el de mi hígado)
Creo que el cambio ya esta empezando a dejar secuelas. Anteayer, para empezar, disfruté de una noche de palomitas, cine y sexo sin par. Tan a gusto estabamos con nuestros cerebros en los brazos de María que nos quedamos dormidos abrazados (¡ouch! Era impensable) y nos despertamos con ganas de repetir lo de la noche anterior, así que nos homenajeamos con un poco "del amor que nos sobró" (Ver sentido irónico y retruécano de la palabra "amor")
Cuando F se marchó estuve respondiendo correos atrasados, enviando algunos nuevos y confirmando mis billetes cortesía de Vueling a Milán tirado en el suelo recostado contra la cama. Los minutos posteriores a esa postura han pasado al Libro Guiness de los Records del dolor. Una contractura lumbar (latente de por vida) se adueñó de mi espalda, de mi forma de andar de andar y de mi vida…
Aun tuve el valor suficiente como para quedar con Dani, el mejor o ex-mejor amigo de La Niña, para comer en Canela, un sitio nuevo bastante correcto (aunque no excesivamente brillante). Dani, que ha comido 2 o 3 veces en cada sitio a los que vamos, me dijo que se cena mejor de lo que se come (por culpa de los ejecutivos y de sus menús de mediodía…). Justo entre el 1º y el 2º plato Canarias me mandó un mensaje para invitarme a comer en Suzet, invitación que tuve que declinar. Al intentar pagar Dani (que se había empeñado que me debía una comida desdenosécuando) se empezó a morir de la vergüenza cuando la cajera (que no el camarero) vino a decirle que la tarjeta estaba denegada. Yo con mi diplomacia tranquila y sosegada le dije a la poco cortés chica que por su bien (y por el del restaurante) evitara dar a entender a los clientes "creo que eres un pringado sin un duro que nos la quiere dar con queso" y le enseñé un par de frases con mucho más estilo y educación que esa. Se fue con una mirada entre meestávacilando y acojonada. Pagué yo, por supuesto, mientras Dani se quedaba del color de su naranja roja antes del baño de chocolate fundido del postre.
Quedamos con Benetton y fuimos a tomar algo a Montprada. Ojeé un periódico y me di cuenta de que Clint Eastwood y Giorgio Armani tienen el mismo cirujano plástico… como se parecen!!!!!!!!!! Eso nos dio tema de conversación para media tarde (no estaba muy por la labor de que Benetton me explicase lo guapo y simpático que es el tíodelacamisablanca que me usurpó la ultima noche que salimos juntos y del que se está colgando a un ritmo vertiginoso (que hostia se va a dar el pobre)
Me llamó Canarias y nos fuimos al preestreno de Kinsey, un biopic muy recomendable con Liam Neeson (y con rollito gay amable de por medio) que me hizo pensar mucho en un par de post de Kurt (1) y (2). De hecho me sigue haciendo pensar mucho...
De vuelta a casa, preferí dormir solo... hoy será un día duro...
2 Comments:
Me han encantao los post de Kurt, aunque creo que en mi caso, se limitan más las posibilidades aunque soy super fetichista, eso sí.
¡Qué bien que empieces a tener una vida de horarios más sociales. Que tiemble la noche barcelonesa...
Y que sepas que quiero los detalles escabrosos (estaba deseando poder pedírtelos,jeje). ¿-A? ¿-O?
Bi-kachus
Ojalá no lo haya sido...
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