viernes, 27 de febrero de 2009

Desmejorado 2.9

Hubo un día en el que no había crisis y la gente no estaba paranoica con perder sus trabajos.

Hubo un día en el que yo estaba bronceado todo el invierno, y también hubo un día en el que podía dedicar la tarde a que me cuidaran, masajearan e hidrataran.

Pero esos días forman tan parte del pasado como aquellos del botellón, los afters, la crema anti-acné y las “Vacaciones Santillana”.

Desde diciembre tengo una espalda policontracturada, los ojos llorosos resistentes a cualquier colirio, un color amarillo-boquilladeducados y dos muelas menos. La perfecta radiografía de un yonki; sí señor...

Pero no tengo miedo de perder mi trabajo. Yo no.

Es más, si decidieran prescindir de mi me harían el hombre más feliz del mundo. Tendría tiempo para poderme broncear, cuidar, masajear e hidratar. Tal vez tendría menos dinero, pero por fin tendría una vida.

Dejaría de comunicarme con Sanzio a través de post-its en la nevera y con el mundo exterior (fuera de mi despacho) a través de emails con muchos attachments. Podría volver a comer con cubiertos. Podría sentarme una tarde en la silla de un dentista que me drogara mucho y me dejara la sonrisa de Tom Cruise por 6300 euros. Podría dejar de considerar a mi Eee como a mi mejor amigo. Podría descubrir en sitios sin cobertura wifi. Podría leer(os). Podría escribir(os). Podría dejar de tener el look “Desmejorado 2.9”…

…a otro ritmo…
…a otro compás…

Desmejorado

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