domingo, 18 de noviembre de 2007

Miró. Antonio Miró.

Como todo buen maniático, soy fiel a mi afición/adicción a crear nuevos términos. Desde que Gaultier se acuñó como adjetivo no he vuelto a encontrar otro más acertado que el concepto Antonio Miró. O a Antonio Miró como concepto. Lo que usted prefiera.

Antonio Miró probablemente haga las camisas más chulas y que mejor me sientan del mundo. Soy muy fan suyo y de su obra. Eso no lo pongan en duda. Y si hablamos de su ropa; hablamos de sus fiestas. Fan y punto. Es una verdad universal así que no me discutan…


Pero el Antonio Miró al cual admiro y defiendo es voluble en sus relaciones. La relación diseño-precio es óptima, sin duda. Pero en cambio es el mayor estafador del mundo mundial en relación calidad-precio.

Es una profunda alegoría de la vida, sí. La belleza y la perfección es efímera. Incuestionable. Pero que el color de una camisa de 180€ no resista 3 lavados es sencillamente intolerable.

Entonces en tu vida se presentan dos disyuntivas: vivir o no vivir a lo Miró. Porque igual que hay cosas Gaultier, hay cosas Miró. La decoración del Hotel Arts es una de ellas. La arquitectura de Calatrava es otra. Las modelos son personas Miró (si entran en la categoría de persona y no en la de elementos decorativos del catálogo de Vinçon). TODO lo gay es Miró. Es bonito y dura poco. Es precioso y tiene muy mala vejez.

Ahora con su permiso, me voy a embadurnar de Biotherm, hacerme envolturas de algas y meterme un rato en el flotarium. Porque Uds son libres de hacer lo que quieran, pero yo no quiero ser Antonio Miró. Yo quiero durar más de 3 lavados.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Life Update

La Casa:
Hace 4 meses que hay un ático vacío en el ensanche barcelonés. Debidamente pagado, eso sí. Pero vacío.
Tampoco me atrevo a decir que deshabitado porque la afluencia de mi no-antigua casa es perfectamente comparable con la de la autopista de entrada a Benidorm en Semana Santa.

El Barrio:
Desde que habito en concupiscencia con Sanzio he cambiado a “mis adorables vecinos” por otros mucho más diversos en cuanto a olores, colores, acentos, manías y músicas crispantes. Pluriculturalidad creo que lo llaman. Yo lo llamo “relajación en la Ley de extranjería”.

La Ciudad:
Es increíble cómo una ciudad cambia cuando vas en moto. La sensación parecida quitarse los zapatos al llegar a casa. Adiós problemas de aparcamiento. Adiós atascos. Adiós aire acondicionado. Hola edificios. Hola cielo. Hola resfriados.

La Comida:
Como mucho mejor, y mucho más. Sin leche, ni queso, ni productos lácteos. Pero insisto en que como mucho mejor. (Lo que explica que no consiga ver mis si-antiguos cuadraditos abdominales).

La Bebida:
Siempre hay una botella de Martin Codax en la nevera. Lo que en principio es una herejía para mí (por la fidelidad al Rioja, y un par de razones adicionales) se ha convertido en una costumbre. Pero por favor, que el Marqués de Riscal no se entere.

La Tele:
Dexter es obligatorio y Nip/Tuck un vicio. De la segunda, no dejan de sorprenderme las frases-epitafio. Christian Troy es Dios. Troy es Dios.

El Olor:
Huelo a Paul Smith durante el día. Y a sexo húmedo y sucio por la noche.

Dereklite:
A ratos. Cuando puedo.

martes, 6 de noviembre de 2007

(A Gianis)

Hace unos meses conocí a un hombre que tenía una curiosa pasión por un muñeco amarillo feísta.

Hace unos días ese hombre al que conocí hace unos meses estropeó la ilusión que tenía desde hace unas semanas y me robó el regalo que tenía para Sanzio. Desde entonces tengo insomio, no dejo de hablar por teléfono, y no paro de escuchar esta canción. Por no mencionar, claro, mi inmenso odio por los muñecos amarillos feístas.

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