jueves, 16 de julio de 2009

This is my pain... show me yours

Ya son dos las semanas las que llevo paseando la pena por un lado y por otro. Pero cuanto más la paseo más ganas tengo de que se despiste y se pierda. Pero la pena como no es como Voss, la cabrona de ella ha aprendido a seguirme, y aunque aunque me meta entre la gente y crea que le he dado esquinazo cuando al llegar a casa la encuentro esperándome con esa sonrisa burlona que sólo puede tener ella.

A diferencia de Voss, que se come todo lo que le echen y luego no hay quien le pare. La pena te devora por dentro y se come todas tus fuerzas.
Llegó cuando Sanzio se marchó. Y ha rellenado todo ese vacío.

Ya es una semana la que llevo sin poder comer nada consistente, los puntos de sutura del dentista se han aliado con la pena, y ahora ella está más que encantada de no tener que hacer todo el esfuerzo sola. El dentista además se ha llevado mi “REC” (Reserva Economica de Crisis) que había decidido invertir en 2 semanas en Brac. Pero eso sí; la pena se viene 10 días a Menorca con todos los gastos pagados.

Espero que al menos esos días con amigos me sirvan para dar esquinazo a la puta pena, y olvidarme de todos los planes que estaban por llegar... y que ya no llegarán.

jueves, 9 de julio de 2009

A Propósito de Troy

Mis propósitos para el verano son sencillos y nada complicados:

No voy a hablar de Michael Jackson y no voy a hablar de Patxi López.

Del uno; por repugnante. Y del otro; porque de los muertos no se habla (y de este está casi todo dicho).

Este año he preferido no hacer(me) promesas que con total seguridad no voy a cumplir. Nada de comer sano. Nada de hacer la digestión antes del zambullirme en aguas cristalinas. Nada de limpiar el coche. Nada de nada. Que para no cumplir lo prometido… ya está el Gobierno.

Prefiero hablar cosas mucho más serias e intelectuales como son los pechos de Eugenia Silva o el culo de Cristiano Ronaldo.

Pero Patxi López y Michael, ni tocarlos.

viernes, 3 de julio de 2009

Un Hombre en el Espacio

Parto de la base de que una de las ventajas del reborn de Dereklite es la presión, o mejor dicho, la ausencia de ella. Escribir por escribir, hablar por hablar y el placer por el placer.

Esta expectativa que durante un tiempo pretérito despertó Dereklite fue el factor principal que me hizo, en su día, rechazar escribir para 20minutos.com. En cuanto algo que te gusta se convierte en obligación, deja de ser divertido.
Y a mí no me gustan las cosas que no me divierten por muy tentadoras que sean económica, social y/o sexualmente.

Claro que todo esto no quita para que, parafraseando al insoportable de Bunbury, uno se asome de vez de cuando a la ventanilla de la nave espacial y se pregunte:
“¿Hay alguien ahí?
¿Alguien me puede decir si alguien me ha echado en falta en todo este tiempo?”
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