lunes, 24 de julio de 2006

Angela, imodium & died posts

From: Troy
Sent: lunes, 24 de julio de 2006 17:02
To: La Niña
Subject: RE: [PRV]
Viernes:
Este día descubrí porqué el edificio Aqbar tiene forma de dildo. Necesitan un butt plug para todo Barcelona en, lo que viene a ser un ritual como la Semana Santa y la Navidad: la Semana de la gastroenteritis, que sufre religiosamente todo aquel que se acerque a un grifo y que se convierte en un calvario.
Valiéndome del “desajuste gástrico” cortesía de Aguas (Fecales) de Barcelona, me fui pronto del trabajo con ganas de que me atropellase un tren… pero como no atravieso ningún paso a nivel, llegué sano y salvo a casa. Me metí en la cama y vegeté como hasta las 23:00 viendo “Falcon Crest”. Sí, como lo lees. (Es un trauma que me viene de pequeño, y siempre que huelo manzanilla me acuerdo de la Channing, te lo juro) Y hablando de la Channing; ¿Te has fijado los estilistas de la serie hacían publicidad encubierta de chupa-chups con la cabeza de Angela?
Tras 5 episodios de lobotomía ochentera, me di por vencido y llamé a Sam que estaba por ahí, por Madrid, para que me contase qué tal lo estaba pasando. Para el momento de la llamada ya había “estado” con 3 tíos, y había llegado al mediodía. Para que hablen de la Bermúdez... Luego empecé un post de mierda sobre mi primera ex (que acaba de tener su 3er hijo), y que terminé eliminando. (Creo que escribir escuchando Placebo no me va bien…)

Sábado:
Por la mañana me llamó un tío con el que ligué entresemana en una de esas tiendas de ropa que imitan a Custo. Le invité a un café en casa y yo le acompañé con un delicioso y sabroso zumo de limón (a pelo, que soy de Bilbao). No sé si fue mi fiebre o es que el tío está acostumbrado a que le entren a él, que cada vez que hacía un intento por limar me parecía más y más patético. Así que hablamos y hablamos hasta que se fue a trabajar a la tienda en la que fusilan a Custo, y yo me fui a la playa (el zumo de limón is miraculous; no te encanta esta palabra?)
Esa tarde de playa le hubiera dado a Kurt material para 3 o 4 blogs (no posts, blogs). Y por la noche me invitaron a una cena muy interesante de amigos de amigos para celebrar que han terminado el rodaje de la peli (creo que al final se llamará "El Orfanato"), pero entre que mi estómago no era el que debe ser, que de la movie-crew en sí solo conocía a S (el guión es suyo), y que me imaginaba que sería una conversación monotema, no fui. Lo cambié por un batido hecho con toda la fruta que cupo en la licuadora de River, y empecé a ver “Dreaming with the Fishes”, una peli muy buena muy buena e injustamente desconocida, hasta que Titus y Mr. Rayght me arrastaron a Salvation bajo el lema “Lo que necesitas es follar” (pero con un Mini en vez de la caravana). Follar no, pero varias Heineken después (que mi estómago aguantó estoicamente) adquirí temporalmente un souvenir neoyorkino (23 springs). Hasta que me sentí como la versión noguaposoloresulton de Brian Kenney y me marché. Cuando llegué empecé un post infumable sobre el asco que me dan las discotecas gays, pero llegué a la conclusión de que no soy Hemingway (y escribir borracho se me da tirando a mal en el 80% de los casos)

Y el domingo:
Me desperté asquerosamente pronto porque me llamó River desde Bilbao para decirme lo bonito que estaba todo. Le di las gracias y divagué en la idea de que los móviles deberían dejar de funcionar los domingos por la mañana si no estás de after. ¡Es sorprendente de lo que es capaz mi mente cuando estoy de resaca! Lei un poco hasta que me llamó Mad para que fuese a comer con él en el Majestic. Estrené la camisa de Antonio Miró para la ocasión (lo que me costó tener que coger un taxi, para no parecer Camacho), comentamos cosas de mi hipotético futuro trabajo, de la cena del día anterior, y comimos muy bien.
Lo de la tarde de ayer… ya es otra historia…

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From: La Niña
Sent: lunes, 24 de julio de 2006 14:59
To: Troy
Subject: RE: [PRV]

Bueno... y ahora en el 4 o 5 fascículo... me vas a contar qué tal tu finde? Estoy aburridísima hoy... se nota? ;-)
La niña

jueves, 20 de julio de 2006

Summer in the City

Me gusta pasar el verano en la ciudad. Los ritmos son diferentes. Los días más largos. El sexo más húmedo.

Y además... siempre tienen banda sonora...

sábado, 15 de julio de 2006

La Ley de Pedro

Empezó como una broma con mis amigos. Uno de ellos dijo en cierta ocasión que si viese pasajes de mi vida en una película de Almodóvar, no le extrañaría lo más mínimo, pero que eso aplicado a la vida real, puede tener consecuencias irreversibles para el sujeto en cuestión. Y bien, tampoco es la primera vez planteo la teoría de que mi vida tiene una tendencia más que sospechosa a parecerse a una película de Almodóvar.

Del mismo modo que la Ley de Murphy tiene un tinte catastrofista, mi vida tiene una clara predisposición a lo absurdo y límite. Algo que estoy empezando a llamar Ley de Pedro, y que esta semana ha vivido su más sonado apogeo.

Es público y notorio que mi relación con Miss Stiletto tiene altibajos, provocados por neuras (suyas claramente) e inspirados por neuras (mías posiblemente). Pero en un afán (perpetuo) de demostrar que siempre posible rizar aun más el rizo, hace un par de meses Stiletto me confesó en “petit comitée”, después de una reunión, que estaba hecha un flan porque su novio había montado una película increíble el fin de semana anterior que terminaba con un anillo y una pregunta de por medio.

Una enhorabuena, , un abrazo, dos besos, 5 lágrimas (suyas, claro) y un caféconhielo después me di cuenta de que su estado de perpetua excitación/nerviosismo/buenrollismo/ataquedenervios, con la vorágine de los preparativos, se convertiría en una epidemia de disentería para un servidor. Y así ha sido.

También es cierto que todas las bodas que yo haya visto perpetrarse han contado con al menos un año de preparativos. Pero no. A ella con 2 meses le ha bastado y le ha sobrado el tiempo. (Claro que también es verdad que hace un año ni siquiera conocía a su Calzador, pero este no es el caso que nos ocupa)

De modo que Troy ha sustituido durante estos dos meses su café matutino por una tila doble, y los smint que siempre hay encima de la mesa del despacho, por sendas cajas de trankimacín. Todo en una tensa calma. Aunque nuestra vida profesional vaya de la mano, su vida personal es suya y la mía es mía. Así que no nos confundamos.

Pero hace tres semanas los testículos de Troy empezaron a experimentar una curiosa mutación, y se fueron hinchando e hinchando, cada vez más y más. Hasta un momento en el que estaba claro que; o estallaba Troy, o lo haría su adorado escroto. Y como nadie quería (y yo el primero) que terminara convertido en Farinelli, pasó lo inevitable.

Muy tranquilamente, después de una reunión (con ella) en la que se apretaron las tuercas (ya de por sí muy apretadas) Troy presentó su dimisión. Con un par de (hinchados) huevos lo comunicó muy creativamente a Suzanne y le pidió que lo hiciera en su nombre a Big Boss. Pero Suzanne no aceptó la renuncia, en su lugar le pidió a Troy un mes para elaborar una hoja de ruta y salir todos con la cabeza bien alta y unos ingresos más altos aun (ella es de las que creen que de toda crisis sale un beneficio)

Días de corrección política entre los dos. Ni una broma, ni un comentario que no tuviese que ver con temas puramente laborales. Hasta hace una semana.

-¿Podemos hablar?
-Sí, claro.
-Troy, estos días están siendo muy duros para los dos y no he encontrado el momento para, bueno… darte la invitación de la boda. (¿Hola? ¿El mundo se ha vuelto loco y esta es mi penitencia???). Entenderé que no vengas, pero quiero que sepas que me haría mucha ilusión verte allí.
Stiletto 1 – Troy 0 y Zidane expulsado. Mi cabeza va a mil y no encuentro ninguna excusa convincente. Además ¿cómo le puedes decir que no a una novia que además es tu jefa?
-Claro, allí estaré.

Convine finalmente asistir a la ceremonia y al cocktail que se serviría después únicamente y que no me quedaría a la cena. Al volver al despacho me dio un abrazo con una fuerza que solo tienen las novias a punto de casarse y las madres que tienen que sacar a sus hijos atrapados debajo de un coche.

Mientras al día siguiente seguía dándome cabezazos contra la pantalla de mi ordenador me llegó un email. De MiniStiletto, su hermana, dándome las gracias por ir y pidiéndome, Ley de Pedro mediante, que si no me importaba, preparara un breve discurso para leer en la ceremonia (civil y simbólica).

El proceso ha sido similar al hecho de escribir un post. Solo que he tenido que eliminar toda, mala leche y cinismo… así que ayer hablé, como diría Nepomuk, de unicornios, duendes y de amor, en la boda de una Stiletto en la que dejaba de ser Miss para convertirse en Mrs dentro de un imposible vestido de Pronovias, que le hacía parecer la versión blanca (y radiante) de Tormenta.

Esta mañana me he levantado con urticaria. Lo que no sé si está provocada la facilidad para traicionar mis propios principios, por lo (excesivamente) políticamente correcto que soy, o por la puta Ley de Pedro.

lunes, 10 de julio de 2006

Autosuficiencia

Kan Kinder, mi casa, es la sublimacion de la microvivienda. Todos los sabemos.

Pero si una cosa tuve clara desde el primer día en que empecé a vivir sólo era que mi tiempo libre sería mi tiempo libre. No el tiempo que invierto en limpiar, pulir, desengrasar, bruñir y desempolvar.

Lo siento. Crecí junto a esa figura llamada eufimísticamente por mi madre “señora que me ayuda con la casa”. Mentira. Eso sería una mecenas y de lo que hablamos es una cosa muy diferente.

He tenido la suerte de contar durante años (aproximadamente dos) con la “ayuda” de Terminator vestido de Gracita Morales. Una sexagenaria y vigorosa mujer que (yo) había heredado de Oriol cuando él decidió que teniendo en su casa a Blanche, ya no hacía falta pagar para lo mismo.

Después de tanto tiempo la complicidad con Terminator vestido de Gracita Morales ha sido tal… que por un tiempo he pensado que mi casa no se ensuciaba. Siempre pulcra. Siempre arreglada. Casi siempre ordenada.

Hace unos 6 meses que Terminator vestido de Gracita Morales tuvo un ligero percance con un coche y dejó “temporalmente” de venir a Kan Kinder, así que me vi de nuevo en la tesitura de buscar a alguien que me “ayudara con la casa”.

Y apareció Bvlgari, un tío que iba a casa de Ferragamo a más o menos lo mismo, y que me salía algo más barato, pero de repente un día desapareció. Más o menos al mismo tiempo que Selby y yo decidimos vivir juntos. De modo que su ausencia tampoco fue drástica. Selby se ocupaba del tema limpieza por las mañanas por voluntad propia. Como letra pequeña del contrato implícito en la convivencia yo me ocupaba de las coladas.

Desde que Selby y yo dejamos de vivir en concupiscencia, la tarea de volver a encontrar a alguien que “me ayude con la casa” se ha empezado a convertir en un quebradero de cabeza.

La candidata #1 vino un día de un barrio (muy) chungo, esperando que le pagara todo el mes por adelantado. Le expliqué como iría la cosa. Tu trabajas=yo te pago, teoría que terminó con nuestra transacción doméstica.

El candidato #2 compartía país de origen con Selby, y apañado era. Mucho… el problema era que su obsesión por quitar el polvo sobrepasaba lo éticamente necesario. Y al fin y al cabo yo todavía era un hombre “casado”

La candidata #3 llegó recomendada por la madre de Dan. Vino un par de días, pero cuando vi que la progresión aritmética de las pelusas far west de mi casa seguía una clara tendencia al ascenso en vez de todo lo contrario (que hubiese sido el efecto deseado) no volví a llamarla.

Hace 2 semanas que he comprado una colección de dvd’s muy instructiva “Hágalo Ud. mismo” se llama.
Estoy orgulloso, porque voy por el 3º y ya sé utilizar una fregona!

miércoles, 5 de julio de 2006

Pan y mantequilla

Esta mañana me he levantado especialmente tarde con la excusa de tener que ir a ver un sitio especialmente (re)cargado de mármol, dorados y alfombras de dos centímetros de espesor.

Mientras aparcaba mi radar ha detectado dos mastuerzos, un querubín, 3 lobas y otras tantas señoras de "una edad" pero a las que muy gustoso les resolvería algo de papeleo. Todos en la misma manzana.

Mi cerebelo ha entendido esto como un hecho un tanto extraño, pero ha encontrado su respuesta cuando al entrar en el “Templo al Goldfilled”, un montón de gente con sus correspondientes montones de móviles colgando arrastraba montones de ropa en montones de caballetes.

La sustituta y comercial semana de la moda empieza justo hoy. He echado de menos mis acreditaciones (con mi nombre escrito mal, cada año de una forma diferente), pero desde que Paco Flaqué no gestiona Moda Barcelona, esto ya no es lo que era… “De todos modos ya estoy bastante liado yo como para desfiles” he pensado.

Mis interlocutoras se han hecho esperar y cuando por fin lo han aparecido, parecían haberse caído en una piscina llena de complementos Chanel y haber salido con el mayor número posible de ítems encima. Iconoclastas del todo, pero tampoco sé de que me extraño viendo el lugar en el que estábamos. Después de una reunión con muchos “usted” dirigidos a mi persona, mucho argot anglosajón y mucha agua mineral, he salido de allí. Tranquilo, iba fumando hacia mi coche, de camino a D&S, cuando alguien ha tirado de mi brazo arrastrándome en dirección contraria. He reconocido a Oskar como dueño de la mano captora y la siguiente imagen era de Troy, dentro del recinto del “Bread and Butter” con un benjamín de Möet en la mano y entrando en el Urban Elegance a ritmo de rapsody (esa curiosa, y yo creía que obsoleta, mezcla de rap y clásica).

He tardado una segunda botella más en escaparme de allí, y 1 hora más en llegar a D&S. Miss Stiletto estaba a punto de organizar una de esas reuniones pop up que le encantan. Cuando nos hemos cruzado camino de la sala de consejo, me ha preguntado: -Troy, ¿hueles a alcohol o has cambiado de colonia?-
A lo que he respondido: -Stiletto, son las 12 del mediodía. ¿Por quien me has tomado?-

lunes, 3 de julio de 2006

Soy Spruce, Tabitha Spruce

Ha escrito muchos libros. Los entendidos dicen que no sólo es buena, si no que es brillante. Pero jamás será famosa. Ni best seller. Ni millonaria por méritos propios, aunque bueno, es millonaria consorte, que para el caso es lo mismo.

Tabitha Spruce aka Tabitha King es la mujer de ese perpetrador de libros (malos) que terminan siendo películas (aceptables) que se llama Stephen. Y su destino es permanecer a la sombra.

La mayoría se mis amigos son en ocasiones un poco Stephen King (pero sin la cara de mongol), así que viajar con Mr. Rayght me ha supuesto quedar relegado al más humillante de los segundos planos. Aunque haya sido muy digna (la posición, no yo) en casi todos los momentos.

El weekend recap se divide como todas las buenas obras por capítulos:

The arrival – A lo Priscilla, Reina del Desierto, en un Mini lo más sofisticado posible sin caer en el tunning.

Contact – Con un selectivo copeo entre amigos que no conocíamos hasta entonces (salvo al Anfitrión, clarostá) mientras Queer as Folk iniciaba su predicada revolución desde la televisión.

La Primera Noche – se desarrolló en bares de esos que hacen que la gente te pregunte al día siguiente “Pero, ¿Cómo se os ocurrió ir ahí?” y que varios días después recuerdas entre vapores etílicos como sitios muy límite. Recuerdo muchas risas, mucho Absolut y que con mucho, éramos los más guapos del bar. (Con lo que imagínense el percal)

The Brian Kinney Lunch – El Anfitrión nos llevó a una comida totalmente delirante en la que las compras las hacían los invitados según iban llegando y los hostess/organizadores les recibían con (mucho) alcohol. Yo recuerdo estar viviendo una situación tan surrealista que no me sorprendió para nada que fuese Mr. Rayght el que finalmente cocinara. Mientras, yo me dedicaba a fotografiar a una chica preciosa a la que no paré de llamar Martina porque me recordaba a esa modelo que se apellida Klein. En un momento indeterminado y con un sombrero de cowboy, llegó la versión madrileña de Brian Kinney y sorprendió a conocidos y extraños con peripecias de alcobas y embrollos truculentos dignos de “Las Amistades Peligrosas” o algo más retorcido aun. Si él era Tom, al de unos minutos llegó Jerry, que se convirtió en el Coyote para no dejar de perseguir a Mr. Rayght transformado en un improvisado Correcaminos.

The Shopping – Necesitábamos un vino perfecto para un perfecto Anfitrión, y creo que lo logramos en el Club del Gourmet. Después Mr. Rayght se compró el enésimo polo Lacoste que el Securitas de los probadores no me dejó ver como le quedaba.

El Encierro –Como los miuras en Estafeta, las carrozas bajaban desde la Puerta de Alcalá. Creo que jamás he sudado más, saltado más, cantado más y abrazado a más gente. Alguien dijo que un millón y medio… y entonces me pareció que aun así había abrazado a demasiado poca gente.













La Segunda Noche
– Empezó torcida sobre todo por el cansancio y la sensación de no coger el ritmo (el ritmo de la nocheeeee). Después de ver a La Prohibida e introducirme en vena un katxi aka mini de Absolut con Redbull todó cambió. Niñas, Chueca, Tornados, Chuecos y tronados se confundían con gogós de balcón y peineta y púbermariquitas que nos pedían que nos sacáramos fotos con ellos.
El resto ya es difuso. Recuerdo que Brian Kinney me propuso un trío con un tío que le había rechazado la semana anterior; que alguien me dijo que Maggie y ErManué andaban por allí (hecho que no llegué a poder confirmar); que alguien le pidió un cigarro a la versión Sue Ellen de Troy mientras bailaba en unas escaleras y la susodicha versión introdujo un lucky dentro de sus calvinklein. En cambio no recuerdo porqué la propuesta de trío no prosperó, ni si pregunté logrando no balbucir por Maggie y por ErManué o el momento en el cigarro fue rescatado. Lo que sí que comprobé por la mañana era que el tío que se lo fumó llevaba los mismos calvinklein que yo.
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