miércoles, 30 de agosto de 2006

2 x 1 (o uno por el precio de dos)

Entre las (decenas de) facturas, postales e inmobiliarias que me ofrecen comprarme mi minipiso (que ni siquiera es mío) a la vuelta del Aste Nagusia, me encuentro una carta con membrete de Vodafone dándome la bienvenida a su Programa de Puntos Oro, que junto al ascensor, las 3 velas Fumet de Roses y mi visa, pasa a formar parte de las cosas doradas que me rodean a diario. Me pregunto la razón de este cambio de estatus, pero no tardo en encontrar respuesta en otra carta de formato que me resulta algo más familiar, pero que incluye el doble de folios que habitualmente. Nada más abrirla, el número de 3 cifras y dos decimales hace que me quede petrificado sin llegar a salir del ascensor mirando la primera de los 5 folios, que de paso me explica mi recién estrenado programa de puntos. La razón es simple. He superado la barrera de los 200€ en consumo de móvil. Tan simple y tan dolorosa.

En una desesperada intentona de recibir noticias que me hagan olvidarme del trance, encuentro otra carta, pero esta vez de mi gimnasio; informándome de que a partir del 20 de agosto el establecimiento cambia de propietarios y que éstos han decidido que las máquinas que me mantenían (no voy a decir en forma, si no que simplemente me mantenían) van a ser utilizadas sola y exclusivamente por mujeres. Un templo de amazonas con camisetas de tirantes y leggings a las que no podré desear en silencio. Es increíble como la memoria sólo selecciona lo óptimo de los recuerdos y borra a las jubiladas de los steps y a los porteros de Matineé Group. Ay, como echaré en falta a mis niñas… Con la carta, una tarjeta; de una tal Sonia invitándome a formar parte de uno de los más hedonistas de los Health Club Barceloneses.

Sin recuperarme aun del impacto-vodafone, llamo a Sonia (desde mi móvil a 203,98€ el mes) y concertamos una cita.

No voy a entrar en las estrategias de marketing, o masters en publicidad que pueda tener esta chica. Pero desde el momento en que me ha plantado dos besos y mi pituitaria ha reconocido Envy de Gucci, he sabido que estaba perdido. Lo único que me faltaba saber era cuanto me iba a costar. ¿Qué le voy a hacer? Soy fácil y de gustos caros… Total, sólo es el doble que mi anterior gimnasio, y ahora voy a tener piscina, jacuzzi, trainer personal el primer mes y mi propia taquilla. Sin mencionar la posibilidad de oler su Envy y de que quizá un día acepte tomar un batido (proteínico o no) a la salida.

viernes, 18 de agosto de 2006

Weeking Off

Llevo meses refunfuñando por culpa de mis vacaciones 2006 por su falta de coherencia, de criterio y de nivel.

Y que nadie me malinterprete; está muy bien ir a una fiesta organizada por Kathy Guetta y su famoso marido. Es divertido que te presenten a Jean Paul Gaultier y que te den ganas de decirle que tienes unos vaqueros, un post y una colonia suya. Es divertido tener la respuesta a la pregunta: ¿Cómo baila Rafael Amargo a las tres de la tarde mientras Rebecca Brown canta “Sweet Dreams”?. Pero cualquier parecido de estos enriquecedores hechos con las vacaciones que esperaba, anhelaba y me hacían/y siguen haciendo falta, no sería coincidencia, sería un p**o milagro!

El retorno a Barcelona suponía más o menso el regreso a D&S. He trabajado cinco días en total, rectifico; he venido al trabajo cinco días en total. Con el tiempo justo de traer una ensaimada de 17€ para el “Deadly Viper Sales Squad”, regodearme viéndolas engordar a base de cabello de ángel y azúcar glassé, hacer que trabajaba un par de días, y cuando se ha empezado a acumular los papeles en mi mesa hacer un montoncito, llevarlos a la de Miss Stiletto y decir: ¿Os traigo algo de Maternal City?

Mucho me temo que mi productividad máxima se ha limitado a ponerme al día con algunos blogs, pelearme con el taller donde todavía está mi coche, disculparme una y mil veces con Kun por olvidar su cumpleaños y hacerme una video-lista en youtube.com con los videos que son un “must” según el billboard de Dereklite, [entre los que destaco el de una loca interpretándose a sí misma (aka Björk en Violently Happy)]

Por lo demás la semana se ha limitado a ser lo que viene a ser (valga la redundancia) cualquier semana de un verano normal barcelonés. Playa después del trabajo, cenas en restaurantes en los que sería impensable siquiera acercarte sin reserva durante el año, cañas en terrazas downtown, y alguna que otra fiesta en la piscina. Y como este está siendo el cuarto agosto consecutivo en el que no hace realmente calor, o al menos en Barcelona, también he podido disfrutar de varios y variados intercambios de fluidos en Kan Kinder sin el inconveniente de tener que aplazar el papeleo por la imperiosa necesidad de ducharse, y sin la necesidad de cambiar tres veces las sábanas antes de dar carpetazo al expediente.

Cerrando el viernes se cierra el capítulo de la semanalibre dentro del trabajo. Empieza, también, la segunda parte de mis incoherentes (y faltas de criterio) vacaciones (llegados a este punto estamos todos de acuerdo, ¿no?).Me esperan 10 días en Maternal City de jolgorio y bebercio con mis amigos, de playas y carreras con Fito y de teatro y ballet con Maternal (sí, ballet, sí... ¿qué pasa? A la mujer le gusta y yo le doy el capricho). En cuanto al papeleo... pues más bien me olvido, que todo el mundo sabe que en Maternal City eso no se hace...

sábado, 12 de agosto de 2006

Troy-a Asesina

Mi avión aterrizó finalmente sin mayor problema que haberme dejado el móvil encendido durante todo el vuelo. El aeromozo (que no pertenecía al selecto club AeroTroy Plus, que os veo venir…) estaba demasiado ocupado haciendo gracietas sobre la “isla del amor” y Barbie Tropical, como para notar, percibir, o darse cuenta de nada. Y si dijese que el Capitán iba beodo perdido, tampoco creo que estuviera muy desencaminado. Pero, ¿quién no se ha montado nunca en un coche con alguien que llevase dos copas de más? Pues esto al fin y al cabo es más seguro, en medio del aire es más difícil comerte un semáforo Tino Casal Mode On o hacer cabriolas Fernando Martín Moving On Up. Dos Heineken después aterrizamos sanos y salvos.

En una de las terminales más surrealistas del mundo, y entre cientos de nórdicos color gamba vestidos a imagen y semejanza de Pocholo por la hermana sin gusto de Ágatha Ruiz de la Prada, nos esperaba la versión menos conocida de Titus con uno de los 4x4 de la pequeña flota familiar, dispuesto a llevarnos a casa de Renfield donde celebraba su feliz fiesta de feliz cumpleaños feliz, antes de dejarnos en el súper dúplex de Marina Botafoch. Esta versión pija-magnate de isla (he dicho magnate, no mangante) de Titus, aunque escondida dentro de su vida barcelonesa, es bastante previsible, así que tampoco me demostré demasiado sorprendido.

La llegada a Villa Renfield fue espectacular, justo cuando la modelo-yonosoyputa-peromeinteresamuchoelmundodelabanca había empezado a bailar descalza encima de una mesa (cara-carísima) de madera, acero y metacrilato. Yo repartí besos y enseguida me fui a dar un baño en la piscina, mientras Renfield hacía los honores con los invitados y unos mucamos se encargaban de ordenar las botellas, limpiar vasos y terminar de dar la imagen de fiesta cool (este último hecho es fundamental en estos casos). Después me reencontré con Noel, una germana con la que intenté compartir fluidos corporales hace unos tres años y que me presentó a su (feo) novio. Tras esto me hice el mejor amigo de una huérfana botella de Absolut.

Sin apenas conocer a Renfield, su cuadro familiar le dio a Titus y a Mr. Rayght tema de conversación para el resto de la noche. Imagino que cuando no estás familiarizado con ellos debe chocar un poco ver a una persona celebrar un cumpleaños con una exmujer, dos hijas, los dos maridos de sus hijas, dos nietos, un novio, un exnovio y el actual novio de su exnovio como una piña en torno al cumpleañero (o cumpleañoso).

Mi cena Sue Ellen Style de la noche consintió en 4 makis que habían sobrado de la cena (inconvenientes que tiene ser de los últimos en llegar) regados por una, para nada despreciable, cantidad de Absolut con Kas limón (una de las cosas que me gustan de Ibiza es que encuentras Kas casi tan fácilmente como en Maternal City). De modo que el principio de la noche fue un no-parar de entrar y salir de la piscina, besos y abrazos, y comentarios a Renfield “que agradable es tu amigo” refiriéndose a mi. Viniendo de alguien francés y (extremadamente) burgués, me hizo sentir como la versión masculina de Isabel Preysler en la fiesta del embajador de Ferrero Roché (pero en bañador y pareo, que para eso estamos en Ibiza)

Alex, sacó un micrófono de algún sitio y nos deleitó (voz en directo) con una performance-imitación-homenaje a La Troya Asesina bastante lograda. De hecho, lo fue tanto que unánimemente se decidió continuar la noche en Space en la fiesta de la susodicha y mamarracha asesina.

Llegué hasta allí asomado por el techo solar del 4x4 mientras gritaba al conductor “¡Siga a ese Twingo!”. Me gustó saltarme toda la cola y entrar por la puerta grande con el resto de Renfield & the Gang. Me gustó la música y me gustó ver a una gogó bailar desnuda (si se le puede llamar bailar a dar un paso hacia delante y otro hacia atrás). Me gustó la temática de la fiesta con todo el mundo vestido de enfermeros potentes y enfermeras macizas. No me gustó nada el sofocante calor que hacía y la fiebre musculoca de ir sin camiseta.

Lo que no entendí demasiado bien fue cuando se apagó la luz y oí a Titus diciendo a oscuras “…vamos fuera, que le de el aire…” y que minutos después tuviese a la doble de Chiqui Martí apuntándome con una linterna en el ojo izquierdo preguntándome si podía oírla. Pues claro, podía oírla, olerla, y podría haberle hecho un… un momento, si podía oír, oler y ver, ¿Por qué carajo no podía hablar?. Y entonces pensé en que seguramente era un sueño… claro, me había quedado dormido en alguna hamaca de la piscina… ¡qué inconsciente, ponerme a beber así sin cenar!… bueno Troy mejor te despiertas que a lo peor la fiesta se ha acabado, estás cogiendo frío y se está haciendo de día.

El mayor sopapo que me han dado nunca, o que yo recuerde, me vino de mano (o mejor dicho manaza) de un enfermero bastante diferente de los que bailaban en los podiums y tiró por tierra mi onírica teoría.
-¿Pero qué haces macho?- dijo un atónito yo.
-Bueno, por lo menos has reaccionado. ¿Qué te has metido chaval?- interrogó Chiqui Martí.
-Nada, ¿porqué?- respondió un blanco nuclear Troy.
-Pues porque te has caído redondo en la barra mientras pedías las copas.- apuntó Mr. Rayght.
-Ostia, que ridículo, ¿No?
-Bueno, nadie se ha dado cuenta. De hecho yo pensaba que se había caído algo, porque te has quedado como de rodillas.
Chiqui Martí puso punto final a la crónica social de mi vahído: ¿Pero has tomado algo? Si no nos lo dices, no te podemos ayudar… ¿Cómo te llamas?
-Que no, que no me he metido nada. ¡Si acabo de llegar...!. Y me llamo Troy; encantado.

Al salir de lo que yo pensaba que era “Urgencias” me di cuenta de que ni siquiera habíamos salido de la discoteca. Estábamos en un edificio aparte que cumple las funciones de enfermería resucita-yonkis, y fantaseé con la idea de que por la misma camilla habían pasado antes modelos, actores, diseñadores, directores de cine, títulos nobiliarios varios y algún político. Todo a puerta cerrada. Todo en secreto.

“Titus, entiendo que en Ibiza se lleve, pero no me vuelvas a traer a este privée”

Me gustó entrar sin hacer cola por una puerta para nosotros solos. Y como buen(a) Troy(a) salí del mismo modo, aunque no me gustase tanto…

jueves, 10 de agosto de 2006

El Exorcismo de Selby Rose

Me obligo a pensar que no soy supersticioso. No hablo ya de supercherías de horóscopo, gatos negros o espejos rotos; si no de canales de energía, biorritmos y karmas.

Y es que es la única explicación que surge cuando intento explicarme porqué en los 2 últimos meses todo ha confluido de una u otra manera para que terminara volviendo (como los asesinos cutres de películas de Antena 3) a sitios que previamente había visitado con Selby.

Y no. Nada de pensar que Selby es un fantasma que me persigue. O que no puedo olvidarme de él. Nada de eso, ni nada que ver. Pero ese recurso tan hollywoodiano de tener flashbacks tenebrosos de situaciones y conversaciones que mis neuronas ni siquiera se planteaban recordar, ha sido bastante inquietante. Una especie de regresión hardcore. Lo dicho, tenebroso e inquietante.

Pero me ha venido bien sacudir un poco de agua bendita por aquí y por allí para borrar recuerdos innecesarios y hacer un poco de hueco en mi disco duro (que falta le hace a mi alzheimer).

En cambio, creo que Selby ha echado mano del candomblé o algo peor para que me sea física y etílicamente imposible el sexo en estos sitios. Si no es imposible explicar que en las ciudades con más prácticas sodomitas del continente, y en períodos claramente favorables para el rito del cortejo con "apareamiento" como final feliz, no se haya presentado la oportunidad (dentro de unos baremos de calidad, clarostá).

Definitivamente no soy supersticioso. Sobre todo porque trae muy mala suerte.

martes, 1 de agosto de 2006

Como diría Travis...



La energía ni se crea ni se destruye. Sólo se transforma. Y yo soy el catalizador que hace que una energia flamante, hermosa y de buen ver, se transforme en algo malo tirando a desastroso.


Vacaciones, por fin. Casi dos años sin saber lo que es eso.

Bali se fue al carajo porque no conseguí que me dieran mi mes de vacaciones todo junto (D&S Laws suck). Pasé del plan del Transiberiano por la segunda parte de una historia con Selby. Y me planté en Julio sin saber que hacer. Derrick me decía que le visitara, que así vería lo bonito que ha quedado el piso, pero conocer a su (actual) novio, y pasar calor en una ciudad sin playa no estaba entre las opciones a barajar, necesitaba mar. Sam quería que le acompañase a Lisboa, pero conociendo a Sam y conociendo la ciudad, sabía que iba a ser como una bomba de relojería. Y entonces Mr. Rayght propuso que me fuese con él a Ibiza; nos quedaríamos en la casa de Inés, Titus también estaría en la isla. Nada de tópicos, ni fiestas locas ni de mariconeos; bucear, hacer el vago y una escapada a Formentera (como mucho).

La misma semana conseguí a un precio razonable los mismos billetes que Mr. Rayght. Y todo solucionado para la semana #2.

Pero seguía quedando pendiente la semana #1. Unos días para estar solo. Sí, eso. Poner en orden mi cabeza. ¿Y porqué no un surfari por el norte?. Mi coche, la tabla y yo. Como en los viejos tiempos.
Vivir una semana de playa, comiendo de latas, desayunando cocacaos en bares de orografía imposible. Desde Biarritz y hasta donde llegase...


El tío que me recogió del arcen de la autopista se reía cuando se lo contaba. Incluso el mecánico del taller se echó una buena carcajada cuando le pregunté si podría reparar el coche en plan urgente para, por lo menos, poder llegar a Maternal City.

Lo que me tocó un poco más las pelotas fue cuando el taxista que nos trajo a Mr. Rayght y a mí del Prat el otro día, nos explicó una teoría suya (pero sobre la que hay hasta películas) de que en este mundo hay gente con suerte y gente sin suerte. Y que la huelga de Iberia estaba motivada claramente por un cúmulo de gente del segundo tipo viajando junta.

Pero ahora eso no importa… estoy de vacaciones...


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