domingo, 24 de febrero de 2008

La buena voluntad

La versión pueril de mi mismo; esa que cree que la gente es intrínsecamente buena, que los mosquitos son seres del Señor y que al final del arco iris hay un gnomo con una olla repleta de monedas de oro está convencida de que otro gobierno del PSOE será bueno, productivo y ventajoso.

Pero el lado Bacardi de Troy (el que lleva las alas de ángel debajo del brazo al volver de un after) se da cuenta de que cuando algo parece demasiado bueno para ser cierto, es que seguramente lo es.

Por eso discuto con Sanzio. por la mañana, por la tarde, por la noche e incluso durmiendo. Él es un socialista convencido capaz de defender la transparencia y fiabilidad de Alfonso Guerra. Yo… lo siento, pero no soy de los que comulgan con ruedas de molino y menos aún de los que confían en políticos.

Así que cuando el otro día escuché a ZP diciéndole a Iñaki que lo que cree es que “lo que les conviene es que se vea más tensión” me sentí como un niño que se entera de que los Reyes no son los padres (a menos, claro, de que te llames Elena, Cristina o Felipe).

Algo se rompía… yo quería creer, pero no me dejaban. ZP no me dejaba. Y no es que yo fuese a cambiar mi intención de voto (que viene siendo bastante fiel desde que tengo “derecho a”), pero me daba pena que gente que se estuviera planteando votarle viese tamaña desfachatez y corriera despavorido en dirección al PP.

Después de eso medité, y preferí haberlo visto. Y que se viera. Y que se supiera. Y que Iñaki saliese anoche diciendo que era lo más normal del mundo. Y que dejara de ser un escándalo y un secreto a voces.

Ayer ví a Mariano en un programa en el que le entrevistaban. Le preguntaban sobre Cataluña, sobre el matrimonio gay, sobre el terrorismo y sobre la Iglesia. Mientras tanto él esboza esa sonrisa pastosa de vaca mirando el tren, decía que la periodista estaba muy equivocada, y mentía bellacamente.

Y noté que la versión Bacardi de mí se hizo más y más grande. Pero dejó de pensar que cuando algo parece demasiado bueno para ser cierto probablemente lo sea, para empezar a pensar que cuando alguien puede llegar a parecer tan pelele en público, sea porque realmente es un inútil.

martes, 19 de febrero de 2008

El Incesto, la Mafia y los Jumper

Dicen que a la vejez viruelas… y ahora vengo yo a decir que a la vejez; pelis tontas.

Cuanto mayor me hago más me gustan los Bourne, los Jumper, los X-Men y demás gente superpoderosa. De hecho no sé si es que me gustan este tipo de películas o es que necesito películas fáciles, con escaso grado de implicación intelectual y bandas sonoras efectistas.

Me sorprendió que no me gustara “Savage Grace” a pesar de estar bastante predispuesto, y que “American Gangster” no me pareciese nada del otro jueves. Pero cuando el sábado me escuché a mi mismo argumentándole a Sanzio lo “guay” que sería ser un jumper, y discutiendo más tarde en la cena si “molaría más” ser un jumper o ser invisible… vi que algo fallaba.

Yo, que otrora disfrutara hasta el delirio con películas checas en versión original subtituladas al alemán, me veía incapaz de tragarme un folletín (elegante, pero folletín al fin y al cabo) por muy protagonizado por Julianne Moore. Y escandalizado por algo tan pueril como una paja. Y aburrido entre intrigas, conspiraciones y abrigos de chinchilla delatores.

Estoy involucionando… creo que ahora me gusta el tipo de películas que no me gustaba en mi adolescencia. O eso… o es que soy rubia…

jueves, 7 de febrero de 2008

Rural-HiTech-Rural

Llevo alrededor de 2 semanas buscando sitios para irme a celebrar mi cumpleaños con Sanzio. Y no sé si es demasiado complicado o es que soy un snob de mierda… Pero no me gusta nada de lo que veo.
Encontrar una cabaña pirenaica como la del hermano de Mr. Rayght, con su tododemadera, muebles de diseño y nada alrededor no me parecía algo demasiado complicado. ¿Tan rara es mi idea de un paraje que sirva tanto como para rodar una película porno, como para hacer una masacre Charlesmansoniana?

Y es que no quiero irme ni a Praga, ni a Lisboa, ni a Tombuctú. De hecho no quiero ir ni siquiera a un sitio feo. Lo que quiero es un sitio donde no haya más posibilidades que: hacer el amor, leer, hacer el amor, comer y hacer el amor. Quizá ver un deuvevé en una tarde de extra-vangancia…

También busco una llave de Kaspersky que (me) valga. Rastreo y rastreo y me siento rastrero y rastrero y me veo desembolsando 100€ que se irán directo a la cuenta corriente de un adolescente con acné de Minessota que tuvo la brillante idea de inventar algo tan retorcido como simple para evitar que su pc muriese de exceso de cyber-sexo y de los cyber-virus que, como todo el mundo sabe, van de la mano.

Me toca los ánimos pagar una fortuna hi-tech por estar en una casa rural que no me guste… y eso me estresa… y me estresa también pagar 100€ como un paleto rural.
Así que me imagino que me odiaré a mí mismo cuando tenga que confirmar el pago a Kaspersky “verified by visa” desde un apartamento cutre a pie de pista en VallTer, rodeado de borrachos de instituto. Mientras pienso en que al menos estoy a tiempo de iniciar una masacre.

martes, 5 de febrero de 2008

Nuevas Gilipolleces de Nuevos Políticos (a Dimas Cuevas)

Hay un tipo que va y dice que:
"Los propietarios de salones de bodas están de enhorabuena: con la apertura del matrimonio a los homosexuales y la creación del divorcio-express, el número de bodas se va a multiplicar, y con ello, claro, el de convites. Mira que si la culpa de todo la tiene el ?lobby? hostelero...Por pura estadística, los españolitos vamos a tocar cada uno a cuatro bodas y un funeral -el propio-, como en la película. Contraeremos dos o tres matrimonios con persona del sexo opuesto, seguidos de sus correspondientes divorcios fulgurantes ya sin necesidad de separación previa... y para terminar, tras salir del armario, la boda unisex con la que debe culminar toda trayectoria matrimonial que se precie. A los que ya llevamos unos cuantos años casados con la misma (doce cumplo yo hoy, sin ir más lejos) nos va a costar cumplir con la media; pero todo es empeñarse, y como en sólo tres meses se va uno a poder divorciar es fácil recuperar el tiempo perdido.Dijo ayer la vicepresidenta Fernández de la Vogue que en España hay cuatro millones de homosexuales. Si quitamos a los muy viejos y a las muy viejas (que ya no tienen fuerza ni para dar ni para tomar) y a los menores de quince años que -con el permiso de Almodóvar- todavía no se plantean esas cosas, resulta que en este país el que no cojea, renquea: vamos, que si alguno no hemos salido aún del armario no es porque no estemos dentro, sino porque todavía no hemos encontrado la puerta. Yo no sé de dónde habrá sacado esta señora la cifra, pero de ser cierta, a la especie humana le queda un telediario; pero eso sí, para compensar, los salones de baquetes se van a forrar. Aunque como no todo van a ser ventajas, el sector habrá de afrontar una seria reconversión. Para empezar, los menúes no pueden seguir basados, como hasta ahora, en langostinos y paletillas de cordero. Eso es muy ordinario. Las bodas de lesbianas tendrán que incluir diversas variedades de tortillas, y de postre bollitos con nata; y los convites para homosexuales serán a base de quimbos, perritos calientes y plátanos al horno.El protocolo del bodorrio también va a verse alterado. Adiós, por ejemplo, a la costumbre de juntarse los hombres en una mitad de la mesa y las mujeres en la otra, para hablar los unos de fútbol y las otras de ropa: con ese balamío de sexos, y según las estadísticas de la vicepresidenta, la cosa acabaría en orgía, así que es mejor poner a los cónyuges al tresbolillo.Lo más grave es qué va a pasar con la bonita costumbre de cortar la corbata del novio y las ligas de la novia para pasar la bandeja por las mesas. Si se casan dos mariquitas y uno es muy, pero que muy mariquita, igual no pone pegas a colocarse las ligas, pero puede que acabe haciendo un streptease por las escaleras; y por lo que respecta a las lesbianas, me da la impresión de que sólo se ponen corbata cuando no llevan nada debajo. Total, que siempre acaba la cosa en orgía.Espero que, al menos, el gobierno nos declare "especie protegida" a los que no practicamos el plurimatrimonio homosexual; o como mínimo, que nos conceda ayudas para la cantidad de regalos de boda que vamos a tener que hacer."
Y yo me quedo mucho más tranquilo sabiendo que los niños de educación especial siempre tendrán un hueco en las filas del PP.
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