Hace años que escribí por primera vez sobre ese esperpento conocido en su escalera como “la histérica del 5º”, entre los hijos de sus amigas como “la que se pinta como un travestí” y políticamente como Rosa Díez.
Escribí un artículo que me había pedido CousinI para el periódico en el que trabajaba. Era la época en que Ana Rosa había puesto de moda los negros: y yo lo era de mi prima.
Rosa en aquella época acababa de ser nominada y expulsada del Gobierno Vasco; y estaba revotada. Su gestión como Consejera de Turismo no había sido mala. Es más, después de los patanes que la habían precedido en la era pre-Guggenheim, el “Ven y cuéntalo” había sido efectista.
El caso es que, como todo el mundo sabe (menos ella), no se debe morder la mano que te da de comer. Un Lehendakari siempre será más jefe que una consejera de 2ª regional, y en según qué ámbitos eso no se debe pone en duda. Mucho menos aun cuando formas parte de un gobierno en coalición y tú eres una actriz (extra) invitada.
Después de creerse la Juana de Arco del socialismo estaba en la calle y echaba pestes de todo y de todos. Pregonando a todos los que la quisieran escuchar (que tampoco fueron tantos) que los nacionalistas eran el demonio y que España era una grande y libre.
A sus compañeros de partido, que por aquel entonces jugaban mucho con las palabras “Euskadi”, “somos” y “nación” tampoco les hizo demasiada gracia el giro a la derecha que se estaba dando. Pero contenta con haber sido arrinconada en varios congresos internos del PSE y, aun sabiendo que despertaba más ascos que simpatías, decidió competir con ZP, Bono y Matilde Fernández por la Secretaría General del PSOE. Quedó última.
Se volvió a encabronar y empezó a montar otro (y aun más lamentable) espectáculo y consiguió que le dieran un “patapúm parriba” y mandarla a Europa donde no se le oiría hablar.
Por fin un poco de paz, debieron pensar.
Qué equivocados estaban… la que es follonera lo es hasta la muerte; y si no se es follonera socialista se es follonera del pepé, y si no te quieren ni en un sitio ni en otro, te montas tu propio partido y te quedas tan ancha. Máxime cuando tú único programa electoral se resume en un escueto “Odio el nacionalismo y odio a los nacionalistas”.
Rosa Díez, para ella misma “Rosa 10”, intentará acaparar portadas en los próximos 4 años como lo ha hecho en los últimos 55. Si no es por ETA, será por ZP, sino por Ibarretxe, y si no por ella y por todos sus compañeros.
Bienvenida al circo de la política, Rosa. Demuéstrale al mundo lo que vales. Pero sobre todo no dejes patente que eres la menos lista de los payasos.