Todos los grandes pensadores de la historia tienen sus escuelas, pupilos, aprendices y posteriores discípulos.
Y estoy expectante, lo reconozco. Quiero que haga su escuela, que forme a niñas deformes, que les enseñe a explotarse pechos como todos en algún momento aprendimos a explotarnos los granos, que les haga a sus alumnas el estandarte de todo un movimiento que se llame “nosolozorras” (si no presentadorastarlettesactrizguionistasybiólogas) y sobre todo, que les enseñe a pelearse con esposas de futbolistas candidatos a ser dilapidados (esto es, pasárselos por la piedra hasta dejarlos muertos).
Nada en el mundo debería privarnos de ESE ser llamado Ana Obregón y todo lo que conlleva. Incluso pienso que Ban Ki-moon debería decretar que al menos en cada país habitasen dos de estos especímenes y que se les prohibiera viajar juntas, no fuese que se desestabilizara la economía patria si ambas desaparecieran.
De ahí mi preocupación por el hecho de que el día menos pensado The Obregon Light se apague, poco a poco… como la de una folklórica cualquiera. No podemos dejar que eso suceda.
Anoche, en un momento post-coitum y pre-cena con Brazil II, por alguna desconocida razón permití que pusiera la tele. 6, 8, 10 o puede que hasta más abdominales invadieron mi sala-dormitorio-despacho-comedor. Después dos pectorales. Y luego varios cachos más de carne bien aprovechada.
The Obregón se está tirando un modelo (aka stripper) de pasarela (aka garito de Chueca) polaco (aka rumano) de 24 (aka 32) años. Que la película que ella venda es lo menos relevante. Y que por muchos y por muchas, como si es un traficante de altramuces camboyanos; que lo que importa es que esté bueno y punto.
Y es que The Obregón da esperanzas a las mujeres premenopáusicas, menopáusicas y postmenopáusicas. Les muestra que aunque seas lerda y denterosa, si te esfuerzas en ser lo suficientemente “entregada” (no quería decir guarra) puedes conseguir al tío que te de la gana (porque los tíos somos así de fáciles).
Me preocupa que si no llegamos a encontrar una sustituta a su nivel, el hueco pueda quedar vacío…. Claro que está Paris Hilton. Pero le hacen falta 40 años de experiencia para saber latín (aka francés y griego) como The Obregón.