Quien no empata es porque no quiere
Odio estos días porque son muy peligrosos. Estás en plena fase autorreafirmarte (como las cremas) y te sientes capaz de todo: de discutir, disputar, debatir, competir, rivalizar, de gritar, chillar y berrear por todo y contra todos.
He convencido a mi cafetera italiana para que dejase de escupir agua en el fogón amenazándola con cambiarla por una Nespresso. Ha sido mano de santo. Ni una gota más. Si alguna vez tengo un bebé amenazaré con cambiarlo por otra Nespresso y aprenderá a hacer sus cosas él sólo.
Troy 1 – Mundo 0
Con taza de café en ristre me he enfrentado a una bastante primaveral arácnida que estaba utilizando mi baño. Ha sido el típico caso de “o compartimos gastos o me veré obligado a terminar con tu vida”. Como no se ha mostrado muy dispuesta a la transacción económica la he convencido para que siguiera tejiendo en el cielo de las arañas (ahora que el limbo no existe).
Troy 2 – Mundo 0
Saliendo de casa me he dado cuenta de que mi felpudo se había fugado con el felpudo de mis vecinos de enfrente. Siempre he pensado que eran maricones, así que tampoco me ha extrañado que se estuvieran enrollando en el descansillo aprovechando la excusa de que la señora de la limpieza estaba haciendo la escalera. “Cuando termineN, ¿puede ponerlos de nuevo en su sitio?” le he preguntado a la señora. Ella, aun sin entender muy bien que utilizara la tercera persona plural en el verbo, ha seguido a lo suyo y ha gruñido algo como que sí.
Yo soy muy solidario con los felpudos, y sobre todo con los felpudos gays, así que me he sentido un poco celestino de ellos dos y en consecuencia bien conmigo mismo.
Troy 3 – Mundo 0
El Mosso que me ha parado en Gran Vía me ha comentado que hace ya algún tiempo que no está muy bien visto conducir con el auricular del móvil puesto (aunque no estuviera hablando). Y yo, confiado cuan FC Barcelona, automáticamente he adoptado la táctica de “o compartimos gastos o me veré obligado a terminar con tu vida”. Por desgracia para mí el Mosso contaba con técnicas bastante más persuasivas que la araña, y a base de papelitos amarillos (que son como post its pero con más dolor) ha impuesto su criterio.
Troy 3 – Mundo 5
Más cabreado (aun) con el mundo, he llegado al trabajo sano, salvo y multado. Me he sentado a reflexionar en un sitio con muchos óleos y muchas lámparas ochenteras y me he felicitado. Por salirme con la mía gracias a mi pericia diplomática y no haber sido ostiado en Les Corts .
Así que, Troy 5 – Mundo 5.