lunes, 30 de enero de 2006

Blue Socks Day

Algo que se escapa a mi capacidad de entendimiento es el comportamiento humano ante la adversidad de los demás. Cuando tienes un mal día, no sólo tienes que aguantar que te hayan roto la cerradura del buzón (la misma que te costo 25€ hace 6 meses), tengas una multa esperando en el parabrisas, un autobús averiado el la entrada de la gasolinera y el deposito del coche marque la reserva, si no que todo el mundo lo encuentra hilarante y digno de ser compartido para gozo y disfrute de los demás.

Hoy ha sido un día de esos. Ha sonado la alarma del móvil, porque aunque tengo despertador (protagonista de posts) tengo que dejar el teléfono cada día en un sitio diferente si no quiero que mi subconsciente lo maltrate hasta que se calle y quedarme dormido tan pancho. De modo que he saltado de la cama antes de que la, polifónica, melodía despertara a Tuckie y a Ella (que han venido a pasar el findesemana en Barcelona y se quedan hasta el martes). Una vez localizado y apagado el bicho tecnológico, duchado, afeitado, peinado y debidamente perfumado yo, he tenido que buscar a tientas dos pares de calcetines. Unos para trabajar y un par aleatorio que ponerme con los vaqueros. Cuando ya bajaba en el ascensor me he dado cuenta de que dos fundas azul eléctrico separaban mis pies de las Prada que me autorregalé en Navidad y que por el precio me podían haber avisado: “No Troy, que son los calcetines del amigo invisible que utilizas para andar por casa, no cometas esa atrocidad con nosotras!!!!”

Llego a la calle y tengo la multa mencionada, atasco en Gran Vía, depósito en reserva, autobús averiado que impide entrar a la gasolinera, camiones por la carretera que me enguarran el parabrisas porque ha llovido y el suelo está mojado, pero no llueve como para limpiarlo, le doy al limpiaparabrisas hasta que acabo el líquido, así que llego al trabajo con las Blinde puestas sacando la cabeza por la ventanilla. Justo en el momento en que estoy aparcando, se oye un trueno y empieza a jarrear. Como Pippin en el anuncio mítico entro en la oficina con las Prada en la mano mientras ellas y yo chorreamos. Saco los zapatos del armario y en ese preciso instante tengo un flash back de cómo mientras a oscuras me ponía los calcetines azules dejaba los otros encima de la tele. Seguramente seguirán ahí, si Selby, Tuckie o Ella no los han quitado.

Son una llamada a la atención de la gente. Son como llevar la corbata por fuera o la bragueta abierta. Son azules. Y Burberry’s siendo tan marica y tan pérfido ha sido lo primero que ha advertido en cuanto he entrado en el despacho.

Les he contado el día que llevaba, hasta que me he cansado de que lloraran de la risa... Entonces les he dicho que los calcetines son un regalo de mi sobrino y que me los ha comprado nada más darle el alta en el hospital. Han dejado de reirse. Incluso se han emocionado un poquito.

Y yo mientras me decía a mí mismo que es una lástima que no tenga sobrinos…

sábado, 28 de enero de 2006

Del canibalismo a la deportación

Dicen que la mancha de una mora con otra verde se quita. O que un clavo saca a otro clavo. O que no hay mal que cien años dure.

Casi al mismo tiempo que Derrick salía por la ventana, Selby entraba por la puerta. Selby me saca de quicio, Selby me pone (muy) cachondo. Selby se descojona cuando le imito y a Selby le pone nervioso hablar de temas escatológicos.

Selby es la cara y la misma cruz de una moneda. Lo mismo me lo comería (caníbal y literalmente) que lo deportaría a las Feroes. Con Selby no hay termino medio; o le odias o le quieres, o las dos cosas a un tiempo.

Es un genio en la cama, pero a los que se nos da bien eso del sexo nos castigan siendo un cero a la izquierda en la cocina (siguiendo mi teoría de que no se puede ser bueno en todas las habitaciones de una casa).

Esto hace que en cosa de un par de meses hayamos comido al menos dos veces en los restaurantes de mi barrio (y creedme que mi barrio es grande y está lleno de sitios que Kurt aborrecería por pretenciosos y absurdamente caros). Las veces que lo hemos hecho en casa (el comer, se entiende) ha sido porque nos hemos traído la comida o porque la hemos hecho traer.

Dicen que que el sexo adelgaza. Eso es mentira. No os lo creáis. Bueno, sí; si en vez de desayunar follas, en vez de comer haces el amor y en vez de cenar practicas sexo. Pero el sexo como tal no adelgaza. Doy fe de que sino ya sería modelo de Cavalli. Lo que precisamente da es hambre, y dentro de nuestra absurda obsesión de no cocinar hemos llegado a organizar una carrera post-coitum por vestirse antes de que cerraran el SuperSizeMe de la Villa Olímpica (a las 5 de la mañana).

Y es que ese es otro punto aparte: Selby tiene algún tipo de fijación con la comida basura. No es que no me guste, es que es una de esas cosas Gaultier. Cuando era un crío sí, pero yo ya no… Aunque igual he dicho “yo ya no” demasiado rápido porque tengo una colección de personajes de Winnie The Pooh que haría las delicias de Nepo, todo cortesía del único payaso que no hace gracia (y no me refiero a Acebes, sino a Ronald McDonald).

martes, 24 de enero de 2006

Miss Stiletto

Miss Stiletto me adora. Me dice lo genial que soy, me da todos los días libres que le pido, me da un beso cuando se va/me voy/nos vamos a casa los días que han sido duros y me da las gracias.

Miss Stiletto me odia. Las cosas son siempre para anteayer. No le importa saturarme de trabajo y decirme que mi problema es que no sé delegar. Me deja expedientes que asegura que están perfectos, para días más tarde agarrarse una rabieta Baby Herman Size porque están incompletos.

Miss Stiletto ha estado unos días en San Francisco con todos y todas los y las Miss Stiletto del mundo en una súper convención mega-chupi-guay-mediopija-buenrrollista-y-pseudoproductiva. Me llamaba cada dos días para preguntarme qué tal estaba, que cómo iba todo y que nos echaba de menos. A mí en cambio, aquello me sonaba a conversaciones pretéritas con Derrick (claro que con él por lo menos me acostaba). Y Troy mientras tanto veía cómo la montañita de papeles amarillo limón y azul que había dejado antes de navidad iba creciendo vertiginosamente con peligro de convertirse en un tsunami.

Miss Stiletto llegó el jueves de San Francisco, con ojeras, sin maquillarse, y con unas zapatillas (Armani, eso sí). Sonreía. Sonreía mucho. Es más, sonreía demasiado. Sonrió mientras abría una caja de chocolatinas y las repartía de oficina en oficina. Sonrió cuando me dio un detallito que me había traído: una especie de funda acolchada para poder lavar las corbatas a máquina (comprada en el aeropuerto sin lugar a dudas). Incluso sonrió mientras abría su Outlook.

Después todo sucedió muy rápido. Los cristales, los gritos, la sangre por todas partes… todo daba vueltas y mis miembros cercenados estaban esparcidos por la oficina. No recuerdo bien que fue. No sé si el detonante era que había emails míos (en los que ella estaba en copia) que abarcaban desde las 9:00 am hasta las 21:15 pm, que me las había ingeniado para hacer mi trabajo, el suyo y el de una tercera persona que llevo esperando a que sustituyan desde que despidieron a Jander, que había dejado mi coche en su parcela de parking o que directamente mi corbata de Unicef no era de sus favoritas.

El viernes tuvimos una reunión. Positiva, buerrollista, creativa y sincera. -“¡Que bien se llevan!”- comentaba la gente cuando pasaba por el bar y nos veían charlando animadamente. –“Eso es comunicación de equipo”.
Desafortunadamente no sirvió para nada, porque ayer estábamos en las mismas, pero nos quedó tan estéticamente perfecta…

martes, 17 de enero de 2006

I am/I'm not religious...

Ayer me llegó un email, que había pensado postear aquí, aunque en el último momento he rechazado la idea. Venía a colación del post “Confessions”, y era extremadamente educado y correcto. Casi tanto que no parece ni una crítica (que lo es). Y es que, aunque entiendo que hay gente sensible a la que mi post le pueda parecer una falta de respeto (y a la que pido disculpas por ello) no hay que darle más importancia que la que tiene. ¿Irreverente? Tal vez… yo lo veo simplemente como una pequeña broma satírica con la que no hice daño a nadie. Si publicando el post lo hice, vuelvo a pedir disculpas.

El caso es que este email ha abierto una pequeñita brecha, y en mi hiperactivo cerebro se han ido separando las aguas.

Si hay algo que me parece insoportable en la vida es la gente que va de lo que no es. Pero si hay algo que realmente me saca de quicio son los “Revelados”. Esa nueva tipología new age de gente que son iluminados, espirituales, etéreos (que no heteros) y fantásticos porque Stigmata, La Pasión, La Lista de Schindler o Pocahontas les convirtió a la verdad y a la luz.

Charlotte Yorks de la vida de a pie y Benedictos; Sidhartas; Löws y Ajatolahs de todo a un euro.

Y que nadie me malinterprete. La religión está ahí. Tómala o déjala. Sin más (ni menos). Pero no deja de ser una opción personal, como la sexual o como la política. Yo mismo y mi mecanismo (¿y a quién le importa lo que yo haga?)

Soy un gran fan de la religión. De las religiones en general. Soy bastante religioso además y de los que disfruta con ello, que se para a hablar con los Mormones (esos efébicos seres que de puro intocables son autenticos imanes sexuales), que no da con la puerta en las narices a los Testigos de Jehová (aunque les explique muy amablemente que su rollo no me interesa y que mi vecino de dos plantas más abajo es un putero y un borracho) y de los que asiste a ceremonias religiosas cuando se lo piden.

Y ha sido así desde que un día tuve una revelación. Así como lo oyes, una revelación. Fue el día posterior a mi Confirmación (que es de esas cosas que la familia, el entorno social y un colegio de pago te hacen hacer). Me levanté. Vi una cruz que nuestro Guía Espiritual nos había regalado encima del montón de ropa y me di cuenta de que lo que estaba viendo era un logotipo. Con un marketing inmensamente mejor que el de la cocacola, pero que en el fondo era un icono. Como las G’s de Gucci, las orejas de Mickey, o el murciélago de Batman. Un símbolo (importante sí, pero solo un símbolo). Además el backstage de lo que representaba ese símbolo me pareció tan sucio, tan rastrero y tan bellaco que colgué la cruz en la pared (donde sigue a día de hoy).

Y a partir de ahí empecé a interesarme por otras vertientes, como el Budismo, el Islam, el Espiritualismo o el Taoismo sin abrazar ninguna de ellas. Y después de haber leído, visto, estudiado y viajado para sacar mis propias conclusiones, me di cuenta de que cuanto más intentaba conocer, en realidad menos sabía de en qué consistía en realidad la realidad.

Así que cuando de vez en cuando me encuentro a estos poseedores de la verdad absoluta que tienen la mente tan amplia que solo ven lo que quieren ver y se empeñan en hacerte comulgar (nunca mejor dicho) con su credo se me revuelven las tripas.

La religión no existe señores. Es filosofía mal entendida…

domingo, 15 de enero de 2006

Confessions


-Ave María Purísima.
-Sin pecado concebida.
-Padre, vengo a confesarme.
-Te escucho hijo.
-Padre, es que hace dos noches no podía dormir y me puse a navegar sin rumbo por internet, y de repente descubrí una página web perturbadora.
-¿Qué tipo de página era, hijo?
-Era una página en la que se decían cosas muy extrañas sobre la Santa Madre Iglesia. Me ha perturbado tanto que apenas puedo conciliar el sueño y no puedo dejar de conectarme para leer nuevos datos que dan ahí. Tanto, Padre que he dejado de visitar las páginas que veía antes, ya me entiende, de con fotos de chicas y eso. Estoy obsesionado.
-Hijo mío. El Diablo se presenta de muchas formas, a veces como ideas contra la Palabra del Señor y a veces tomando forma de mujeres pecadoras.
Si rezas a nuestro Señor el te ayudará a vencer éstas tentaciones.
-¿Incluso a seguir leyendo esta página Padre? Es que dice cosas sobre los archivos secretos del Vaticano…
-…eso es una invención hijo, en el Vaticano no existe ningún archivo secreto.
-Pues Padre, le ruego que lea las cosas que se dicen en ese sitio. Si quiere mañana domingo vuelvo después de misa y hablamos sobre las dudas en mi fé.
-Dime cuál es entonces.
-Apunte www.vatican.va. No sabe cuánto le agradezco esta conversación Padre. Por un momento he temido haberme vuelto católico.

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*Nota Mental 1: No dejarme emborrachar después de comer ni antes de las 23:00.
*Nota Mental 2: En caso de incumplir la Nota Mental 1, evitar en la medida de lo posible pasar cerca de Santa María de Mar.

miércoles, 11 de enero de 2006

Duelo a Pasarela

Los hermanos B, a los que llamaremos Mario y Luigi de ahora en adelante son raros. Sin más. Sin una causa mayor. Son raros y punto.
-Luigi es nudista, futbolista, masajista, animista y el resto de cosas que se le puedan ocurrir a uno siempre y cuando terminen con el sufijo –ista. Ya volveré otro día sobre tan insigne figura.
-Mario por el contrario sufre una grave enfermedad, que en realidad la sufrimos el resto por él, que se llama aceitismo. No es que lo pierda, si no que todo él es aceite. Tú flotas y él más. Tú vas, él va (más rápido y asegurando que más cómodo). Tú saltas, él más (y de paso te restriega que es por sus zapatillas jumpingquetejumping). Tú te matas (literalmente) para conseguir 3 o 4 camisetas de algún icono semi-underground, él consigue las mochilas, zapatillas, mecheros, tangas y fundas de volante (y asegura que tiradas de precio). Es el más auténtico, el más cool y el más más. Como el aceite, siempre debe quedar por encima.

Todos los años todos The Maternal City Friends se juntan al menos en dos ocasiones en el Txoko de Jon, una durante el Aste Nagusia y otra por Navidad. Sólo chicos. Una vikingada en la que el derroche de alcohol y la abundancia de suculenta y jugosa comida corren a raudales. Una autentica orgía gastronómica. El Non Plus Ultra del machismo. Jon cocina el resto engulle. No minimal b
ut plentiful.

El año pasado dio igual que Amianto trajera pisco de Perú, Tío Phil una botella de vino de Falcon Crest (palabra) o yo dos botellas de Samsung de Bangkok. La botella de Mar(tir)io tuvo que ser la más alabada bajo amenaza de jaqueca por pesadez.
Este año en cambio, por aquello de que es
la última cena del Txoko en la que Jon está soltero se decidió que por primera e histórica vez vinieran las respectivas. (Crueldad del destino que en esa cena también hubiese debido estar Derrick, si los planes no se hubiesen torcido).

Patán y Koala, Jon y Lamujer, Tío Phil y Hatxe, Tuck y Ella, Jim y Pitxín... así poco a poco (casi) cada uno de los presentes.

Jotapordios vino con Miss B. que si ya bien no goza de las simpatías de “las novias” por aquello de ser Miss, intentó ser todo lo agradable, sencilla y discreta que pudo.
Pero la novia de Jotapordios no podía ser la más guapa, la más deseable y deseada, ni siquiera la más odiada. Mario no podría enfrentarse a eso. Y vino con su
novia. Nueva, flamante y muy bonita, como un Ferrari recién pulido.

-Hola, ¿qué tal? Os presento; ésta es Tal, es de L.; bueno de hecho fue Miss L. 200X, así que Troy, no echarás de menos hablar catalán.
Sonrisa fingida, dos besos.

Comienza la cena sin ese aliciente que es el canibalismo propio cuando más de dos machos comen sin hembras alrededor. Pero comienza algo mucho más pintoresco e irrepetible. Como dos pitboobs, en el cuadrílatero izquierdo Miss B....
...y en el flanco derecho Miss L., atónitos asistimos a lo que sólo creía que solo podía existir en Zoolander:
Un Duelo a Pasarela.

Y yo, por supuesto, era David Bowie.


Preguntas capciosas y respuestas hirientes que no pueden ser reproducidas aquí.

Para Mario lamentablemente su “Ella da el golpe” se convirtió en una versión bastante particular de “La cena de la Idiota”.

viernes, 6 de enero de 2006

Pesadilla Antes de Nochevieja

28 de diciembre
Un sms de Trevor advierte: “Troy, el espíritu de la Nochevieja está en peligro y eres el único super héroe que lo puede salvar... Necesitamos los papeles firmados… No nos falles”
Y raudo y veloz, cómo Cálico Electrónico, me pongo manos a la obra.

30 de diciembre
Después de haber movilizado a medio Maternal City y de haberme relacionado públicamente con antiguos contactos en cuestión de papeleo, finalmente localicé quién me podía firmar los docuentos.

Hacía como 2 años que no veía al tío que me los firmó, y como me puedo sentir de muchas formas sin remordimientos, pero la de “aprovechado” no se encuentra entre ellas, me daba un palo horroroso marcharme inmediatamente después de la transacción papelera, así que nos liamos a Heinekens (yo) y a Patxaranes (él), total que entre que jijijis y jajajas se nos ocurrió mirar a ver si los papeles estaban bien firmados, y lo comprobamos con sendas rúbricas.

Para cuando logré zafarme de la situación con un regate digno de Cristiano Ronaldo ya podía subir por las paredes como Trinity en Matrix y andar sobre las aguas como este chico… como se llamaba… es igual, ya sabes a quién me refiero.

Llamé a Trevor desde el Casco Viejo para decirle que los papeles están firmados, sellados, rubricados, ensobrados y listos para repartir. Él me contestó que estaba en casa de Jimeno dedicándose al noble arte del Pro-soccer 5 y que en consecuencia tardará en bajar, recomendándome que subiera yo.

Soy consciente de que no encajo demasiado en Iturribide vestido de Ralph Lauren, pero con 70º de alcohol en sangre y un 60º de Trinity encerrarme en una casa a ver a 4 energúmenos jugar al fútbol desde un sofá y con un Santa Teresa con Coca-cola en la mano tampoco me parece una decisión acertada. Así que decido esperarles en algún bar... fruto de mi estado terminé/empecé en el Enigma aprovechando conozco gente que trabaja allí y me amorré a una botella de Absolut mientras hacía tiempo a que mis amigos ganaran (o perdieran según el caso) todas las Uefas, Copas del Rey y Copas de la Reina. Me entretuve también con el papeleo de marras pero lo único que conseguí fue ponerme más nervioso. Hasta que llegó un doble de David Meca que me dijo que quería enseñarme noséqué cosas en su casa (muy cercana a Maternal House por lo que comentó, debo añadir). Como yo no estaba muy por la labor (en Bilbao yo NO), adopté el Stroyght Mode On "que dices tío, yo sólo con chicas y ni hablar... que va… que va…" pero en fín... era majo, por las horas que eran ya y viendo que me quedaba colgado, supuso otros 3 vodkas... (¿alguien va sumando?)

Cierran Enigma, David Meca II insiste en llevarme a su casa, y yo que no... intento un segundo regate a lo Cristiano Ronaldo pero con todo lo que llevo encima me sale un churro y termino diciéndole que voy a seguir de fiesta... Como no estaba muy por andar mucho decidí que el Balcón podría ser una buena opción. Esto equivale a otro vodka y a ponerme como bastante berraco con un tío que estaba bailando en un podium con los pantalones un poco caídos (rollo surf ok/rollo hiphop ko). Le miro, me mira y... me cierran el bar...
En mi lúdica mente de borracho paposo surge la brillante idea de que seguro que el tío ese seguiría de fiesta y me fui a lo único (decente) que seguía abierto (y repleto de gente también) a esas horas con la tremendísima suerte de que nada más entrar me tocaron el glúteo derecho… para robarme la cartera.

Troy deja de ser Homer en Moe’s, Trinity en Matrix y Jesucristo en Superstar y se convierte de 0 a 100 en Hulk. Pilla al tío en el momento... y le lleva agarrado del cuello hasta el baño (creo que aquí es donde se justifica mi C.I. y mi capacidad de reacción) pero ni rastro de los papeles firmados.
Un par de “Que me lo des”.
Seguido de otro par de “que yo no te he quitado nada”.
-Tío que tenías MI cartera en TU bolsillo, no me cabrees que llamo a la policía.
-¿Y que les vas a decir? ¿que te he robado los papeles?
-Pues como no aparezcan sí... me da igual si se lo has dado a otro o lo que hayas hecho con ellos.

20 minutos más tarde:

Agente: ¿Y dice que le falta qué?
Troy: 120€ agente
HijodeAlá: ¿Qué?
Agente: Tú te callas…

Y a las 11 de la mañana del 31 de diciembre yo seguía en comisaria haciendo la denuncia. Total para que salga un juicio rápido en el que no pase nada, él tenga mis firmas y Trevor y seamos unos sin papeles.

miércoles, 4 de enero de 2006

Un Día de Furia

Estoy hasta las narices de que hayan prohibido fumar y no porque sea el Juana de Arco de la Nicotina ni nada más lejos de mi intención. Solo y llanamente porque estoy hasta las narices de que sea el único tema de conversación desde hace 3 días. Periódicos, radio, televisión y, lo que me faltaba, el 80% de los blogs que leo habitualmente.

No quiero hablar del tabaco. Entre otras cosas porque no sé si soy fumador o no…
así que no sé si puedo hablar con conocimiento de causa como nofumador, como fumador o como exfumador. Y porque lo poco que fumo lo puedo dejar en cuanto quiera. Sólo me hace falta que alguien diga que es difícil para que yo lo deje de la noche a la mañana y esté más fresco que una lechuga. Sin mono, sin nervios, sin más apetito, sin nada… he dejado de fumar al mismo tiempo que alguien no porque realmente quisiera hacerlo sino sólo para fastidiar. Únicamente para demostrar lo fácil que es quitándole mérito a su propia lucha.

Y ya basta… que no quiero hablar sobre el tabaco…

Me he despertado (tarde) con una lista de cosas para hacer bastante larga. Objetivo principal de hoy; renovar el Dni y mi pasaporte. He puesto música y aleatoriamente
ha salido “The Grand Duel” (de la BSO de Kill Bill), pero como no estaba muy por escuchar armónicas me las he ingeniado para que tocase aleatoriamente “Noir Désir” de Vive la Fête. (Cosa totalmente absurda, porque hubiese sido mucho más fácil seleccionarla directamente, pero… Troy es así antes del primer café)

Hay algo de lascivo en escuchar a Els Pynoo berreando su locura mientras revuelves entre tu ropa interior después de ducharte. Pero eso, como lo del tabaco es otra historia.

Mi Dni lleva caducado meses y más meses… y siempre he evitado enseñarlo mucho porque salgo mejor en la foto del pasaporte, pero también se ha cumplido la fecha de darle ídem al susodicho. Y en este momento es en el que nos encontramos en la maravillosa tesitura de ir a la Policía Nacional. Esa gran institución. Ese gran cuerpo (¿nadie se ha dado cuenta que España es el único país que tiene un cuerpo de policía basado un 92% en el agente Wiggum?). Esa cola kilométrica en todas las ventanillas. Esa amabilidad para las indicaciones. Esa funcionaria simpática y agradable a la que le deseas ser tabacoadicta y que no encuentre ni un bar de fumadores en el resto de su vida. Ese papeleo. ESA TINTA!!! En mi videoclub tienen un lector de huellas digitales óptico pero la policía sigue en las mismas del tampón de pelikan. Que le vamos a hacer, en Wiggumlandia las cosas
son así.

Salgo y veo decenas de personas fumando en la calle (¿ni Blas trabaja en en este país?) y me pregunto cuanto tiempo tardarán las empresas en dejar fumar en la oficina de nuevo, porque estoy seguro de que si prohiben también salir a fumar en un país como este, la picaresca inventará cistitis variadas, diarreas crónicas y los baños en una especie de Londres tóxico. Pero estoy hablando otra vez del tabaco…

Quedo para comer con Selby y en el Smooth no paran de llegarme mensajes de bluetooth de gente que no existe. Porque me molesto en mirar cuántos dispositivos hay y no se reconoce ninguno. Además, como hace unos días leí un email alarmista sobre virus que se propagan de móvil a móvil, termino apagando el teléfono. Selby me dice que da gusto que ya no dejen fumar en los restaurantes, que la comida se puede saborear mejor. Yo me callo y no le digo que en Smooth se puede fumar o que por lo menos el ejecutivo cachas que esta a su espalda dos mesas más lejos lo está haciendo.

Y es que no quiero hablar del tabaco… lo que ahora quiero es fumarme un cigarro...

domingo, 1 de enero de 2006

Time goes by…

En unos días Dereklite cumplirá un año. Para ser sincero desconozco el día exacto porque la fecha de mi primer post desapareció misteriosamente. Pero eso no es, ni será, lo importante.

En un año las cosas han cambiado. Ha habido gente que estaba y se ha ido. Gente que ha llegado y se ha ido. Gente que ha llegado y se ha quedado.

Mi trabajo envidiable y respetado también cambió por otro no sé si tan envidiable pero igualmente respetado (y algo mejor pagado).

Y al de un año me he dado cuenta de que sin apenas notarlo la blogosfera ha empezado a formar parte de mí al mismo tiempo que Dereklite lo ha hecho en una nano-medida en la blogosfera. Me he sorprendido contando a gente que había leído “nosédonde, habrá sido en algún suplemento dominical” cosas que había leído en blogs, he acuñado expresiones vuestras y he contado cosas en Dereklite que debo estar pirado para escribirlas aquí. Únicamente he tenido que borrar un comment (que hacía referencia directa a mi (ex) lugar de trabajo y por motivos de integridad profesiona)l y he campado a mis anchas explayándome lo que he querido y más.

En mi primer post hablaba del miedo. Bueno, de hecho empleaba unas palabras de Ray Loriga que lo describían mucho mejor que lo que yo jamás lo haría.
La situación un año después no es la misma (afortunada o desafortunadamente) pero también me temo que Loriga la describiría mejor. De hecho ya lo hace:

“Conocí a un chico que era alérgico al polen y al polvo y al serrín y al humo provocado por combustión de carburantes y a las ensaladas y a los gatos y a las ballenas y a las fibras sintéticas y a uno de cada dos medicamentos. Era uno de esos chicos que no hablan con nadie. Parecía uno de los que viven en campanas de cristal, pero era alérgico a las campanas de cristal, así que tenía que enfrentarse con todas sus alergias. Llevaba sus alergias encima como un viajante de comercio lleva sus maletas. Demostró legalmente que era alérgico a sus padres, así que sus padres tuvieron que darle una pensión vitalicia sin disfrutar a cambio del consuelo de agujerear sus zapatos con sus propias desgracias, además él ni siquiera llevaba zapatos porque era alérgico a la piel y al caucho. Le hicieron unos zapatos de madera pero a él le pareció que era como andar con dos ataúdes chiquitos en los pies, así que los tiró por la ventana. Una chica que pasaba por la calle recogió los zapatos, y como nunca había visto unos zapatos tan raros subió a ver de quien eran. El chico abrió la puerta y la chica entró, los dos se miraron un rato y los dos eran guapos, y los dos llevaban solos demasiado tiempo, así que se abrazaron un poco a ver que pasaba y resultó que la chica iba vestida con fibras sintéticas y tenía ojos de gato, y estaba gorda como una ballena y tenía polen en el pelo y serrín en el cerebro y antibióticos en los dedos y ensalada en la falda y un motor de explosión que le ayudaba a subir las escaleras. El chico se murió con una estúpida y gigante sonrisa de felicidad en la cara.
Cuando me desperté estaba seguro que podía aprender algo de ese sueño pero no sabía que coño podría ser.”
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